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Peligra la autonomía e independencia de la justicia

Por Héctor Parra - 07/09/2024

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Las falacias generadas por el aparato de Estado sobre los supuestos beneficios que traerían las reformas, no resisten la menor crítica seria en materia de justicia

 Peligra la autonomía e independencia de la justicia
Falso que la iniciativa de reforma a la Constitución en materia de justicia, vaya a eliminar la supuesta corrupción que argumenta sin sustento el autor de la propuesta y sus legisladores.
Eliminar la carrera judicial por una suerte de “tómbola” para acceder a los cargos en la impartición de justicia, es una aberración injustificada que tiende a “prostituir” la función del Estado y debilitar la seguridad jurídica en todos los sectores sociales.
Las falacias generadas por el aparato de Estado sobre los supuestos beneficios que traerían las reformas, no resisten la menor crítica seria en materia de justicia.
El mismo gobierno pretende acabar con la actual seguridad jurídica, aunque deficiente, cuenta con los instrumentos jurídicos -Constitución y leyes- que dan certeza en la cancha de la igualdad en una competencia judicial entre partes.
El anhelo a lograr en materia de justicia: que sea pronta, expedita y gratuita, como reza la Constitución. Y si no lo es en la práctica, no es culpa del sistema de impartición de justicia existente, no es responsabilidad de quienes tiene la delicada responsabilidad de impartirla; no, es más bien por el engorroso entramado de las normas que deben ser mejoradas, reformadas. Ello, sin embargo, no lo promueven los legisladores.
Justicia: dar a cada quien lo que le corresponde. Principio fundamental.
¿Por qué entonces la necedad de AMLO en “correr” a todo el personal, jueces, magistrados y ministros? Simple, muchas de esas autoridades han impedido los atropellos del gobierno de la 4T. Han frenado abusos cometidos por el gobierno sin fundamento legal o contrarios a las normas vigentes. El Poder Judicial ha sido el muro de contención que no ha logrado doblegar el presidente de la República, por ello la promoción de dinamitar a cualquier costo esa barrera infranqueable hasta hoy.
AMLO no se ha cansado de calumniar a todos los empleados bajo el desgastado y pueril discurso de la corrupción, tráfico de influencias y coto de poder de unos cuantos. Afirmaciones que nunca ha podido probar, solo por medio de la mediática retórica del desprestigio, el “bombardeo” publicitario para generar una falsa imagen que no contrasta con la realidad; apoyada, además, con sus irreflexivas huestes que lo respaldan, por más equivocado que esté, tiene el soporte de aquellos irreflexivos que no les importa destruir el sistema judicial en perjuicio del Estado Mexicano.
Ante la insidia de la desinformación oficial, se han levantado millones de voces en contra. Manifestaciones a lo largo y ancho de la República Mexicana en franco rechazo a la iniciativa de la aberrante reforma que solo beneficiaría al gobierno de la transformación. Esa sociedad estudiantil y académica que permanecía adormilada, se despabiló, despertó en clara defensa de la nación. Hechos inéditos que critica el presidente, quien encuentra salidas falsas a sus argumentos, como el hecho de afirman que son manipulados los estudiantes por los maestros. Afirmaciones espurias que nunca antes sostuvo en sus múltiples luchas callejeras.
Al paro nacional del personal del Poder Judicial, se han unido miles y miles de estudiantes, maestros y miembros de la sociedad ¡No la reforma! Rechazo total.
Lo inédito, ministras adoctrinadas por AMLO promueven la reforma, como la señora Lenia Batres, quien encabeza expresiones de apoyo con el personal que labora en su oficina y, por supuesto, militantes morenistas. Promueve sus propias manifestaciones.
Otras dos ministras propuestas por el presidente, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, respaldan la propuesta de AMLO, pero no se suman a las manifestaciones callejeras como su homóloga de partido, 8 ministras y ministros en contra de la reforma.
El problema lo vale. La ministra presidenta de la SCJN, tuvo que salir a las calles y sumarse a las manifestaciones.
No había otra salida; o defiende a la institución y los principios de autonomía e independencia que la soportan constitucionalmente o simplemente ve hundirse al Poder Judicial sin inmutarse. Se cansó de tanta ofensa expresada por el presidente López Obrador, quien no la baja de “corrupta”. El veleidoso corrupto es el mismo promotor de la iniciativa, quien quiere ver ampliado su omnímodo poder más allá de su sexenio. Impulso de todo sistema socialista. Controlar todo.
No hay vuelta atrás. El país francamente dividido por una falsa premisa de limpiar al Poder Judicial de corrupción por otro grupo que no garantiza impartición de justicia, que viola derechos humanos no solo de los empleados considerados corruptos, además quebranta los derechos de todas y todos los mexicanos, aun de aquellos que respaldan las sandeces del presidente y pillos trasnochados que le acompañan cuales fieles filibusteros en la búsqueda del botín.
No han sido suficientes los razonamientos del mal que causarían con la aplicación de la reforma a todo México, del deterioro de las relaciones políticas y comerciales, también peligran. Los hechos son evidentes; se han detenido inversiones, países democráticos critican la iniciativa, el peso se ha devaluado; trastoca infinidad de Tratados Internacionales suscritos por el Estado Mexicano. Ello y más parece no importarle a quien aparentemente se va en menos de un mes.
La presidenta electa Claudia Sheinbaum, toca el mismo son desafinado del presidente en funciones, carece de voluntad propia y respalda sin chistar las aberraciones de su mentor.
Inconcebible. El terror terminará en la Cámara de Senadores la semana próxima. 43 votos en contra serían suficientes para culminar con la pesadilla. AMLO y sus ladrones hacen todo lo posible por doblegar, al menos a uno solo de esos 43 senadores, número fatídico para este gobierno.
Un solo voto, en pro o en contra, será suficiente para aprobar o rechazar la iniciativa que demuestra ser destructiva para el sistema judicial, que pretende socavar el Estado de Derecho y sembrar la inseguridad jurídica que capitalizaría el Poder Ejecutivo. Después podrían abalanzarse en la destrucción de los sistemas judiciales estatales.
Pronto habrá desenlace de esta terrible pesadilla.

Héctor Parra


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