Obrador, Ifigenia y Belisario

Con seguridad la entrega de la Medalla Belisario Domínguez es uno de los galardones de mayor prestigio que en nuestro país, en este caso por el Senado de la República, con el objetivo de reconocer la trayectoria de personajes distinguidos por su ciencia o su virtud, como servidores de la patria o humanidad. En este año los reflectores no se han centrado en una de las galardonadas, Ifigenia Martínez, actual senadora de la república por parte de MORENA y toda una institución política en nuestro país por su trabajo precursor a favor de la democracia y la participación de las mujeres en la vida pública de México, desafortunadamente la nueva oposición ha realizado esfuerzos importantes para que dicha condecoración pase a un segundo plano y sea la ausencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador quien se lleve los encabezados desde hace unos días.

Como se podrán imaginar las y los principales orquestadores del boicot a la asistencia de AMLO a la premiación ya mencionada, ha sido la bancada blanquiazul en la cámara alta, protagonizada por una actriz de la política, Lili Téllez que desde su tiempos de reportera ha demostrado habilidad para encontrar el camino correcto para cristalizar sus aspiraciones personales, esto sin importarle los obstáculos a librar, pero sobre todo las puestas en escena que tenga que montar con tal de seguir “creciendo” profesionalmente.
Basta revisar algunas publicaciones que la sonorense ha realizado en un lapso de 4 años donde ha pasado de ser una defensora del proyecto Obradorista a renunciar a la bancada del partido movimiento que la colocara en una curúl del Senado para posteriormente adherirse a la de Acción Nacional sacando a relucir su conservadurismo que a últimas fechas se encuentra muy cercano a las corrientes que sustentan a la ultraderecha .

Esta representante popular que actualmente defiende una agenda antiderechos es de las principales convocantes a realizar actos de agresión en contra de Andrés Manuel, ante lo que el jefe del Poder Ejecutivo ha decidido no caer en provocaciones y declinar su asistencia de un evento que solo merece ser protagonizado por aquellas figuras que serán condecoradas. AMLO fue claro al mencionar que la agresión no es personal, sino a la envestidura presidencial, declaración que ha servido para que algunos comunicadores al servicio del poder tengan material suficiente para señalar al presidente de tener miedo de asistir al Senado.

La realidad es que López Obrador no tiene necesidad de exponerse y servir como carne de cañón para aquellos carroñeros que esperan la interpelación de una oposición poco creativa y cero propositiva, misma que encuentra en la distorsión de la información su principal nicho publicitario y de promoción. El PAN anhela tener de frente al Presidente para que a costa de su envestidura ellos puedan mostrarse como mártires de la democracia, situación que no solo resulta ficticia, sino insultante tomando en cuenta que en los últimos 18 años los propios panistas han sido promotores de diversos atentados a la soberanía nacional y a todo proceso democrático en donde no se vean beneficiados por la voluntad popular.

Hoy tenemos a un presidente valiente, que lo mismo se expone todos los días en medios de comunicación, como en mítines en diversas entidades de la república, pero sobre todo que defiende los intereses del país de manera integra y con un sentido profundamente nacionalista con el afán de recuperar lo perdido en el pasado y de crecer con firmeza con miras al futuro.

Una vez más la nueva oposición se queda sin estrategia alguna, seguramente el grito, los rosarios y el sombrerazo es lo que veremos en la entrega de la medalla Belisario Domínguez.