México y su primera presidenta
Todo indica que en 2024 México elegirá a su primera presidenta. Esta perspectiva genera una serie de expectativas y oportunidades para el país
Todo indica que en 2024 México elegirá a su primera presidenta. Esta perspectiva genera una serie de expectativas y oportunidades para el país. Sin importar quién resulte ganadora entre Claudia Sheinbaum, la candidata del partido en el gobierno actual, y Xóchitl Gálvez, la candidata de la oposición, ambas enfrentarán desafíos significativos. Estos desafíos no solo se relacionan con las responsabilidades inherentes al poder ejecutivo, sino también con su condición de mujeres líderes.
A pesar de que ambas cuentan con experiencia como servidoras públicas, convertirse en las figuras más destacadas del próximo sexenio conlleva una gran responsabilidad. La ganadora de la contienda tendrá que marcar la pauta en los temas clave para el avance del país.
En el caso de que Sheinbaum sea la ganadora, se espera una continuidad en las políticas actuales de MORENA y del presidente López Obrador, en gran medida. Sin embargo, cabe la posibilidad de que ella oriente la agenda de políticas públicas hacia áreas que considere más relevantes, especialmente teniendo en cuenta su formación como científica. Esto podría significar una mayor atención y recursos públicos destinados a la ciencia e investigación, lo cual sería beneficioso para el país.
Además de estos desafíos, cuestiones urgentes como la inseguridad generalizada y la persistente desigualdad requerirán un enfoque diferente y apremiante por el bienestar de todos los mexicanos.
En el caso de que Gálvez, candidata de Frente Amplio por México, resultara ganadora, se anticiparía una relación diferente con el sector privado y, en particular, con el sector energético. Su propuesta de revolucionar la política energética, promoviendo el uso de energías renovables, marcaría un cambio significativo y necesario en esta área.
Independientemente de quién sea la ganadora, se espera que ambas candidatas presten una atención especial a cuestiones como los feminicidios, la violencia de género en el entorno laboral y familiar, y el apoyo a grupos de mujeres vulnerables.
La persistencia de la violencia de género en la Ciudad de México durante el mandato de Sheinbaum como jefa de gobierno no muestra avances significativos en la seguridad de las mujeres, lo que plantea interrogantes sobre su agenda presidencial en este tema. En contraste, Gálvez ha abogado por la justicia para mujeres, adolescentes y niñas con una perspectiva de género en el Senado.
Independientemente de los resultados de las elecciones de 2024, el papel y el ejemplo de una mujer en el cargo ejecutivo más alto señalarán la posibilidad para todas las niñas y jóvenes mexicanas de aspirar a ese puesto en el futuro. El desempeño de la primera presidenta será evaluado de la misma manera que el de cualquier otro presidente mexicano, con sus éxitos y desafíos. En lugar de prejuicios y descalificaciones previas, podemos considerar que tener a la primera presidenta en la historia de México ya es un logro en sí mismo y, posiblemente, podría ser exitosa en su gestión.
Por Krisztina Lengyel, profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del TEC de Monterrey, Campus Querétaro
Correo: klengyel@tec.mx
Twitter: @Krisztina_LA