La urgencia de las disciplinas humanas

Últimamente en cada reunión, conferencia, taller en el que he estado, no ha faltado la recurrencia del tema de la inteligencia artificial. Casi todos citan el pliego petitorio que suscribió Elon Musk sobre parar los desarrollos de estas tecnologías, para advertir y prevenir sus riesgos y consecuencias. Y más de una vez he escuchado el temor de que suplante a los humanos en sus tareas más esenciales. Y si bien es cierto que toda tecnología que implica un avance muchas veces significa un reemplazo, también es cierto que lo que se sigue develando es la necesidad de que impere una reflexión central: ¿cómo o por qué podría seguir siendo relevante la inteligencia humana?

Las inteligencias artificiales nos superarán en velocidad, en capacidad, en alcance. Pero las capacidades y competencias de creatividad, reflexión, valoración, integridad, son una característica eminentemente humana que no puede ser suplantada tan fácilmente. Lo que requerimos, entonces, es estar listos para evolucionar. Quitar de nuestra prioridad “hacer más” (porque quizás sea una carrera perdida de antemano) por “hacer más valioso para la vida” un servicio, una actividad, una tarea, un trabajo, un producto.

La inteligencia artificial usada por los humanos correctos, de las maneras apropiadas, que otorgue valor agregado, va a potenciar el alcance, las posibilidades de las personas.
Por eso, cada vez más habrá una necesidad de disciplinas con un rigor humanista, que nos muestren mundos posibles, integridad, mayor respeto, sustentabilidad, inclusión. La crisis climática ha demostrado que no necesitamos más pensamiento mecanicista y basado en el progreso. En la era del antropoceno, la consideración de todas las formas de vida, de todas las sensibilidades y de todas las posibilidades de expresión humana, se vuelven más importantes que nunca.

La dicotomía, por tanto, no estriba en sí inteligencia artificial o no. Ya está aquí. No existe el regreso. Lo que nos tenemos que plantear es el rol que las personas, los humanos, jugamos en coexistencia con esta tecnología. Yo apostaría por humanizar más y no supeditar. Demos la pelea.

Julieta Díaz Barrón
Decana Regional de la Escuela de Humanidades y Educación
Región Centro Sur