La importancia del Control Interno en las Organizaciones

Por Víctor Jiménez Rojo

Profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. jimenezrojo@prodigy.net.mx

Para el correcto funcionamiento de una organización, independientemente si hablamos del sector público o privado, es importante una supervisión, evaluación, actualización y generación de mejora continua en la misma.

Para lograr lo anterior, es necesario establecer una estructura de Control Interno, que permita tener un ambiente de control, para la consecución de los objetivos institucionales a través no solamente de la definición de metas, también de la identificación de riesgos y, por supuesto, identificar los elementos necesarios para responder al cambio. Y no es de sorprenderse que la comunicación sea un elemento fundamental en un Sistema de Control Interno Institucional, en donde la información relevante y de calidad, pero sobre todo la forma para hacerla llegar a las áreas internas responsables de su ejecución sea efectiva y de misma forma a todos los “stakeholders”.

Dicha comunicación debe de tener una base a partir de los procesos prioritarios de la organización, en donde se encuentren, además de mapeados, formalmente incorporados en un inventario de procesos, en el cual, los integrantes de la organización deben de estar conscientes de su participación en el desarrollo de los mismos. Esto, entre otros beneficios, nos permite identificar y administrar los riesgos que la organización puede enfrentar y afectarle de manera directa.

La administración de riesgos es una de las principales normas del control interno, siendo un elemento clave para enfrentar de manera directa hasta una posible desaparición de una empresa que tardó muchos años para posicionarse en el mercado. Un ejemplo claro de la importancia de la implementación de un Control Interno institucional, considerando una de sus principales normas que es la identificación de riesgos y su administración, es la pandemia de COVID-19, con la que tan solo en los primeros meses de la misma se perdieron 12 millones de empleos en organizaciones que dejaron de tener operaciones, precisamente por no haber respondido a las necesidades de sus clientes, las cuales cambiaron de manera inmediata.

No omito mencionar que existen varios factores adicionales en este dictamen; sin embargo, no perdamos de vista que algunos esfuerzos principales de toda organización deben de enfocarse en aquello que se tiene control y puedas minimizar riesgos. Con base en lo anterior, el Control Interno debe de tener la premisa de ser preventivo, con el fin de anticiparse a la posibilidad de algún incumplimiento normativo y/o riesgo que afecte a la organización en sus fines y ayudar en la toma correcta de decisiones; por eso no solo al iniciar un emprendimiento, lo normal es identificar qué, cómo y con qué lo vas hacer, también vale la pena considerar los tipos de eventos que impactan a la institución, tanto en el riesgo inherente como en el riesgo residual, con el fin de prevenir y planear acciones ante cambios significativos y, por supuesto, condiciones externas e internas, ante una sociedad que es plural por diversa y diversa por plural y que en México las empresas familiares han sido mayormente afectadas por la pandemia. Y es que más de 18 millones de hogares dependen de un negocio familiar y es importante que se pueda identificar, analizar y responder a los riesgos que toda organización enfrenta.

Hoy identificamos cómo va a cambiar la conducta del consumidor después de la pandemia. Es evidente que habrá cosas que van a perdurar, como las medidas de trabajo a distancia, de trabajar con documentos y medios digitales, de medidas preventivas y protocolos para un ajuste de procesos prioritarios y, por supuesto, medir los impactos de los riesgos de manera permanente en aquellas actividades esenciales dentro de la organización.

Los beneficios son muchos: eficiencia en los procesos y minimización de costos en espacios de oficina que ahora resultan obsoletos porque ya no se ocupan o están vacíos y, por supuesto, la operatividad y sobrevivencia de la institución ante cualquier reto, incluso una pandemia sin precedentes como la que estamos viviendo.