La carrera por mejorar la calidad de vida de la sociedad
Los gobiernos deberían ser el principal promotor de acciones para garantizar que esto sucediera, sin embargo, la realidad es otra
En la actualidad se escucha de manera recurrente la frase “mejorar la calidad de vida”, y es utilizada por políticos, empresarios, activistas y líderes en general a diestra y siniestra. ¿Pero qué significado tiene verdaderamente esta frase?
Considerando las diferentes definiciones, mejorar la calidad de vida de las personas se podría sintetizar en los siguientes cuatro aspectos: 1) Tener mejor calidad en servicios que satisfacen las necesidades básicas, 2) Garantizar entornos que promuevan el desarrollo integral tanto personal como colectivo, 3) Preservar los recursos naturales para las generaciones actuales y las futuras, 4) Facilitar el acceso y gestión de bienes de servicios básicos y no básicos.
En principio, los gobiernos deberían ser el principal promotor de acciones para garantizar que esto sucediera, sin embargo, la realidad es otra.
De un tiempo a la fecha, la competencia de mercado ha generado una nueva revolución, la revolución tecnológica. Esta revolución ha hecho que un recurso, el cual es infinito, sea cada vez más valioso, incluso más valioso que el oro o el petróleo.
La información y los datos que generamos las personas hoy en día, a través de las plataformas digitales y redes sociales, son el oro invisible del mundo, que quienes mejor lo aprovechan, son las empresas. Con esto, le van ganando la carrera a los gobiernos en entender e identificar de mejor manera, desde las necesidades más básicas hasta los deseos o aspiraciones más profundas de la sociedad, lo que provoca que puedan crear servicios y productos tal como si se les hubiera dicho de primera mano, tratando de mejorar la calidad de vida de las personas, y por supuesto, ganar dinero con eso.
Todo esto gracias al procesamiento en tiempo real de toda esa información que se comparte en el mundo digital. En cambio, en Latinoamérica, incluido México, los gobiernos van muy atrasados en entender el potencial que tiene la recolección y uso de la información que se puede generar a través de la digitalización de los trámites y servicios que ofrecen.
Esto provoca que la toma de decisiones para crear política pública sea ineficiente, ya que se hace con información secundaria recabada por fuentes secundarias como los censos poblacionales, encuestas o consultas que se hacen de manera anual, bianual o quinquenal, y que muchas veces no aborda la información que realmente se necesita. Provocando que los programas sociales, servicios o cualquier otra interacción entre el gobierno y la ciudadana sea ineficiente y solo se mire con fines politiqueros.
En un mundo donde las personas son cada vez más exigentes y que cambia constantemente gracias a la revolución tecnológica, es necesario que los gobiernos se suban a este tren para tomar mejores decisiones que en verdad mejoren la calidad de vida de las personas.
Con la estrategia de gobierno digital que se implementa en nuestro estado, donde se proyecta se digitalicen el 100% de trámites y servicios, así como la creación de la AppQro, se espera que además de facilitar el acceso y gestión servicios y trámites, se puede tener una mejor recolección de información para una mejor toma de decisiones en la generación de política pública.
Recordemos que, para resolver problemas, debemos reconocerlos; para entenderlos, necesitamos datos; y para obtener datos, debemos escuchar a la sociedad, quienes experimentan estos problemas de primera mano.
José Carlos Gómez Franco
Especialista en análisis y diseño de políticas públicas, máster en Análisis Económico del Derecho y Gestión Pública por la EAE Business School en Madrid, España.