¿Grecia o Grexit?

Grecia, país miembro de la Unión Europea, estratégicamente ubicada entre Europa, Asia y África, conformado por cerca de mil 400 islas, es cuna de la civilización occidental al ser el lugar de nacimiento de la democracia, la literatura occidental, la política, la filosofía occidental, los Juegos Olímpicos y algunos de los más importantes principios de la ciencia y las matemáticas, bases de nuestra vida diaria.

Sin embargo, el Gobierno de Grecia se encuentra sin dinero y no puede pagar la deuda de 1.5 mil millones ($ 1.7 mil millones de dólares USD) que vence este martes. Meses de negociaciones para lograr un acuerdo se han derrumbado y el primer ministro ha convocado un referéndum para el 5 de julio sobre las propuestas ‘salvadoras’ del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), que según él están en contra de los valores europeos.

Alexis Tsipras fue líder de la oposición griega de 2009 hasta 2015, cuando en las elecciones parlamentarias Syriza, su partido, fue el partido más votado del país con 149 diputados; a dos escaños de la mayoría absoluta y Tsipras fue elegido líder del mismo, convirtiéndose en Primer Ministro griego el 26 de enero de este 2015. Los ministros de Finanzas de la zona euro se han negado a ampliar el plan de rescate como esperaba Tspiras.

Como consecuencia, parece inevitable y hay un riesgo cada vez mayor de que Grecia finalmente entre en la ruta final de salida de la moneda única o Euro – que ha llegado a ser conocido por los medios internacionales como Grexit. De ser así, Grecia y la Unión Europea se encontrarían en un peligroso territorio desconocido.

Desde que Grecia se volvió parte de la moneda común hace un poco más de diez años, la moneda común europea ha sido parte intrínseca de la vida diaria de todos los más de 11 millones de griegos. Dadas las circunstancias, Grecia está a nada de regresar a su antigua moneda, el Dracma, o remplazar el Euro por otra moneda nacional.

No hay precedentes para una situación tal; nunca se ha dado el caso en que una economía desarrollada y abierta se tenga que salir de una moneda común para reestablecer su propia moneda de nuevo. Es verdad, aún tienen que suceder muchos eventos y situaciones para que la ‘Grexit’ acontezca, pero ésta realidad podría llegar a afectar a la economía mundial de maneras aún no calculadas y perturbar a naciones como la nuestra y monedas como nuestro ya de por sí devaluado peso.

La comunidad internacional puede por lo mismo concordar en que sería un movimiento arriesgado por muchas razones. La salida desacreditaría la idea de que la pertenencia al euro es irrevocable. Esto sería convertir al prestigiado club de moneda única en apenas otro sistema de tipos de cambio fijo vulnerables a ataques especulativos y arriesgar a otros países como Italia, Portugal, España y Chipre.

Los costos de la ‘Grexit’ son aún mayores que los beneficios para la zona del euro, así como para Grecia y la comunidad internacional. Hay por ende razones económicas sólidas para que todas las partes lleguen a un acuerdo aunque de momento, con el referendo anunciado para el 5 de julio, los bancos griegos cerrados hasta el día 6 con acceso limitado a cajeros y la falta de acuerdos y apoyo comunitario, no se ve otra salida y las perspectivas pintan muy negativas.

Como comentario final, nuestro México tiene relaciones diplomáticas con Grecia desde el 17 de mayo de 1938. En 1965 se establecieron Embajadas residentes en las respectivas capitales y el Embajador Tarcisio Navarrete Montes de Oca es nuestro representante en Atenas.