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El libro de Carlos Almada

Por Rubén Moreira Valdez - 28/05/2025

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Los vendedores de libros y enciclopedias buscaban clientes en oficinas y escuelas. A mi casa paterna llegaron, entre otros, México a través de los siglos […]

 El libro de Carlos Almada

Los vendedores de libros y enciclopedias buscaban clientes en oficinas y escuelas. A mi casa paterna llegaron, entre otros, México a través de los siglos y el Libro rojo de Manuel Payno y Vicente Riva Palacio.
Del último, un párrafo me marcó por su descarnado relato: “Este niño, pidió que se le permitiera despedirse de su hermano; los verdugos le dijeron que no había tiempo. Quiso escribir a su familia; los verdugos le dijeron que no había tiempo. Pidió un confesor; los verdugos le dijeron que no había tiempo. Entonces el poeta regaló su reloj al oficial que mandaba la ejecución, distribuyó sus vestidos y el dinero que tenía en los bolsillos entre los soldados; abrazó a su compañero Sánchez, y resignado y tranquilo se arrodilló a recibir la muerte… solo dos balas atravesaron el cuerpo del joven… algunas horas después, aún respiraba… entonces lo acabaron de matar, destrozándole el cráneo con las culatas de los fusiles”.

Uno de los mártires de Tacubaya era Juan Díaz Covarrubias, estudiante de medicina de apenas diecinueve años, que se había convertido en un personaje de la sociedad decimonónica. Autor de Gil Gómez el insurgente, La clase media y El Diablo en México. Exitosas novelas que aún se venden, incluso en versiones electrónicas.

Su familia contará con otros protagonistas del siglo XIX: Francisco y José, hermanos, y Gabino Barreda, cuñado. El primero brilló como astrónomo y diplomático y el segundo, por ser jurista, ministro y diputado. Por su parte, Barreda fue el principal ideólogo del país en los años de Porfirio Díaz.

Hay libros que no puedes dejar de comprar. Eso me sucedió cuando, en una mesa de exhibición, encontré Saga familiar. En la portada, los apellidos de la familia Díaz Covarrubias y el nombre del filósofo positivista. Al autor, Carlos Almada, le acompaña otro éxito: Un samurái en la Revolución Mexicana, fascinante relato que recuerda al diplomático japonés que salvó, en los días de la Decena Trágica, a la familia de Madero.

No sé si me recuerda, pero he platicado dos veces con el señor Almada, la primera, treinta años atrás; se desempeñaba como un eficaz funcionario electoral; la segunda, en noviembre de 2015, era entonces embajador en Japón y me recibió en aquel país cuando, por ser gobernador, promovía inversiones para Coahuila.

Comprobé que, además de su conocimiento de la diplomacia, poseía una amplia cultura y un enorme interés por la historia. Su libro es de aquellos que se leen de un solo tirón y se recomiendan sin dudar. Con una magnífica prosa se recorren siete décadas del convulso siglo XIX.

El texto es un excelente motivo y pretexto para reflexionar sobre México y sus vicisitudes. En sus páginas hay referencias para entender el presente y preocuparnos por el futuro.

En México faltan políticos cultos como Carlos Almada.

Rubén Moreira Valdez

Diputado federal por el PRI desde el 2018, es un político de Coahuila, que ha desempeñado distintos cargos en los tres órdenes de gobierno. Fue gobernador de su estado, y actualmente es Secretario General del CEN del PRI nacional y coordinador de su bancada en la Cámara de Diputados. Cuenta con un posgrado en Política y Gestión Educativa en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México y una maestría en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma del Noreste, así como un posgrado en la Universidad del Valle de Atemajac; el Centro de Estudios Carbonell; el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; la Universidad Iberoamericana y la Universidad de Salamanca


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