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El fraude de las precampañas

Por Expertos TEC - 09/11/2023

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

La propaganda difundida en este periodo debería consistir en mensajes dirigidos solo a esta militancia y su contenido tendría que informar los perfiles de las personas aspirantes, así como las propuestas, ideas y reformas que proponen

 El fraude de las precampañas

Del 20 de noviembre al 18 de enero, los partidos políticos elegirán las candidaturas que promoverán en 2024 y para ello, deberán realizar precampañas.

Estrictamente, deberían celebrar elecciones internas para determinar a quiénes postularán y por ello, los requisitos, reglas, métodos y etapas bajo las cuales celebren estas contiendas, dependen de cada fuerza política.

La lógica indicaría que solo los miembros del partido participarán en estas decisiones, por ser ellos quienes tienen interés directo en que las postulaciones cumplan sus reglas y, al mismo tiempo, beneficien sus posibilidades de éxito.

Por lo mismo, la propaganda difundida en este periodo debería consistir en mensajes dirigidos solo a esta militancia y su contenido tendría que informar los perfiles de las personas aspirantes, así como las propuestas, ideas y reformas que proponen.

No obstante, la ley y los tribunales electorales permiten utilizar métodos que involucren la participación de la ciudadanía, como llevar a cabo encuestas dirigidas a la población o permitir que esta vote en el proceso de selección.

Para efectos prácticos, esto puede incrementar el amplísimo periodo de campañas que tendremos con 90 días de duración y conducirnos al absurdo de presenciar anuncios espectaculares, spots de cine, radio y televisión, así como publicaciones impresas y en redes que con letra imperceptible o luego de su reproducción nos indiquen estar originalmente dirigidos a la militancia de algún partido.

Este supuesto podría aplicar a las precandidaturas únicas para la Presidencia de la República y así, luego de saber ya desde hace tiempo quiénes serán las personas postuladas, tendremos que verlas durante 5 meses más realizar acciones dirigidas a conseguir un voto que, muy posiblemente, hemos ya definido.

Los efectos son predecibles y dañinos: La sobreexposición de las candidaturas y la difusión de propaganda vacía de propuestas, el abandono por parte de las autoridades de sus funciones para dedicarse a promover el voto, el hartazgo electoral y el incremento de nuestro descontento con la democracia, así como un gasto indefendible de recursos públicos.

Desde 2006 cada elección ha seguido una reforma electoral. Esperemos que en 2025 este sea uno de los cambios propuestos. Si tenemos elecciones internas abiertas o precandidaturas únicas, no requerimos falsas precampañas. O bien, vale la pena conservarlas solo en caso de que los procesos internos vuelvan a ser auténticas elecciones partidistas que nos aseguren la postulación de las mejores candidaturas posibles.

Athos David Cuevas Campillo
Profesor de Tiempo Completo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Campus Querétaro.

Expertos TEC


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