El cambio generacional de Morena

El pasado domingo el partido de Morena durante horas discutió colectivamente los desafíos que enfrentan con vista a la continuidad y consolidación del segundo piso de la 4T. La dirigencia nacional recientemente electa reconoció la extraordinaria oportunidad de activar al partido-movimiento para lograr ganar las elecciones en estados donde aún no se gobierna, y de acompañar la política de la próxima primera mujer presidenta, Claudia Sheinbaum.

Esta dirigencia de la mano de Luisa María Alcalde y de Andrés Manuel López Beltrán entrará en funciones el próximo primero de octubre, su responsabilidad está en seguir construyendo la fuerza social y las alianzas necesarias para mantener las mayorías que garanticen el avance del proyecto.

La reciente victoria arrolladora de Morena abre un nuevo ciclo de esperanza y pone sobre la mesa el reto no solo de continuar, sino de profundizar el cambio.

Con los perfiles de esta nueva dirigencia llego el “relevo generacional” que se caracteriza por ser fundadores de Morena y tener una militancia activa en el obradorismo durante los últimos 20 años, a esta nueva joven clase política les tocó vivir antes del 2018 la tarea de resistir al viejo régimen, de 2018 a 2024 la encomienda de desmontarlo, de 2024 en adelante su obligación es construir algo radicalmente nuevo: revolucionar las conciencias, revolucionar la organización, revolucionar la acción y hacerlo simultáneamente, esta es la trinidad de la transformación.

Los nuevos dirigentes nacionales juraron honrar el legado del presidente Andrés Manuel, bajo la premisa: que la auténtica política es profundamente humana en su fundamento, en su esencia, y sobre todo, cuando se practica en bien de los demás y en especial de los pobres. Finalmente, el humanismo mexicano será la brújula del relevo generacional que ya está en marcha.