Cooperación olímpica en tiempos de hostilidad internacional

El 26 de junio de 2024 iniciarán los XXXIII Juegos Olímpicos en París, Francia, en un contexto internacional complejo y de incertidumbre. La invasión rusa a Ucrania, las tensiones entre China y Estados Unidos y el conflicto entre Israel y Palestina, son solo algunos de los conflictos internacionales que ponen presión a los organizadores y al Comité Olímpico Internacional (COI).

De acuerdo a datos del centro de investigación Institut Montaigne, la celebración de los juegos tiene grandes retos, pero también oportunidades para consolidar mejores políticas públicas tanto de manera local, como a nivel internacional por medio de los programas en conjunto con el Comité Olímpico Internacional, la sociedad civil y los atletas. Bajo esta lógica, París 2024 será un evento único lleno de nuevas propuestas de sostenibilidad, seguridad, igualdad de género, movilidad, inclusión y reducción de la desigualdad.

Para entender la magnitud de la coyuntura histórica de estos juegos olímpicos es necesario entender el cambio estructural del sistema internacional que se vive desde hace una década y su relación con la organización de eventos deportivos a nivel global. Al margen de la defensa de los derechos humanos y las crisis democrática, desde 1894 el COI y los diferentes países sedes han enfrentado momentos históricos complejos.

En 1916, 1940 y 1944 los juegos olímpicos fueron cancelados debido a las dos guerras mundiales y, durante la Guerra Fría, tuvieron un papel protagónico en el ajedrez geopolítico entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Tal fue el caso en Moscú 1980 y la declaración del presidente Carter quien amenazó a la entonces Unión Soviética de boicotear el evento debido a la invasión en Afganistán.

Desde hace algunos años, dichas ideas han sido criticadas por algunos actores internacionales, provocando un cierto escepticismo sobre el papel e importancia de los juegos olímpicos. ¿Cómo entender tales críticas? Y, ¿qué influencia tiene el olimpismo en la vida de los individuos? ¿Cuál es el papel de los juegos olímpicos para la construcción de paz y seguridad en el mundo? Para entender la crítica y la apatía de algunos actores es fundamental entender el contexto de cambio que vive el sistema internacional desde hace aproximadamente dos décadas.

Una breve, pero sólida interpretación proviene del reconocido autor estadounidense John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, quien señala la importancia de entender el fin de la hegemonía de los Estados Unidos y el inicio de un momento multipolar. En su artículo “Bound to Fail: The Rise and Fall of the Liberal International Order”, Mearsheimer menciona algunas de las razones del regreso de los nacionalismos, el declive democrático y el apetito de guerra de algunos actores como Rusia e Irán.

El deporte moderno no puede ser entendido sin analizar el origen y la consolidación de organismos internacionales como el Comité Olímpico Internacional y el Tribunal de Arbitraje Deportivo o Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). Tanto el COI como el TAS son ejemplos de organismos internacionales que promueven la cooperación internacional y la creación de normativas internacionales que fomenten la inclusión, la paz y la participación de todas las personas sin importar la región o el país de origen.

Actualmente, el COI reconoce 206 comités olímpicos nacionales, más que los 193 países en Naciones Unidas, demostrando que el objetivo del olimpismo es reconocer y visibilizar a todas las personas, incluso cuando estas no tienen la posibilidad de pertenecer a un Estado.

A pesar de las tensiones geopolíticas, económicas e ideológicas, el poder del olimpismo sigue influyendo de forma positiva en el sistema internacional. Específicamente, el poder del olimpismo se encuentra en la carta olímpica, cuyos seis capítulos tienen como objetivo apoyar, difundir y proteger el acceso al sueño olímpico para todas y todos los atletas del mundo por medio de la cooperación local, regional y global.

En este sentido, el capítulo cinco de la carta olímpica reconoce que las desigualdades socioeconómicas y los conflictos globales impactan la vida de las y los atletas. En 2024, 36 atletas representarán al equipo de refugiados del COI portando la bandera olímpica.

El programa de refugiados tiene como objetivo apoyar a los atletas que forman parte de las 100 millones de personas que tienen un estatus de refugiados según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Este verano, París también albergará a 24 atletas denominados neutrales provenientes de Rusia y 8 atletas de origen palestino. En total, participarán aproximadamente 10 mil 500 atletas olímpicos y 4 mil 500 paralímpicos en 28 disciplinas distintas, y de acuerdo al reporte global de brecha de género del Foro Económico Mundial 2023, París será el primer evento olímpico que logra la paridad de género de forma exitosa.

Los esfuerzos de paz y cooperación del COI también traen consigo grandes preocupaciones para los organizadores. Los principales desafíos se centrarán en la tensión geopolítica entre Europa y Rusia, posibles ataques terroristas, la presencia de violencia política y ataques a la ciberseguridad del evento.

En su último reporte, S&P Global señaló que se esperan 13.5 millones de visitantes en el país y que las principales amenazas están relacionadas como posibles expresiones de violencia entre aficionados por motivos ideológicos o identitarios. En París 2024, el mundo podrá tener una nueva oportunidad de sobreponerse a las hostilidades del actual sistema internacional y construir nuevos puentes de comunicación y diálogo por medio de los valores olímpicos.

Mtro. Alberto Ugarte Ortega
Director de la Licenciatura en Relaciones Internacionales
Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro
ugarte_alberto@tec.mx
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