Contaminación plástica: solucionando desde la educación
Según información del gobierno de México solo el 8% del total de los desechos plásticos se reciclan en el país. Una cantidad mínima tomando en cuenta todas las toneladas que se tiran diario
Todos hemos escuchado del gran problema ambiental causado por los plásticos en el mundo y en México. Como millones de toneladas de basura, bolsas y otros desperdicios de plásticos son desechados diariamente a tiraderos de basura y acaban en los océanos. Estamos informados del continente de plástico que existe en el océano Pacífico y cómo los plásticos al estar en contacto con la luz UV del sol se descompone en microplásticos causando su ruptura en microplásticos que son imposibles de recolectar o limpiar. También hemos escuchado de cómo estos microplásticos son consumidos por los microorganismos y de esta manera entran en la cadena alimenticia y han sido encontrados en los peces, el agua y los alimentos que consumimos día a día.
Todos hemos visto campañas de cómo reutilizar, reciclar y no tirar estos plásticos pero, ¿Realmente conocer esta información ha ayudado a reducir el uso de estos materiales o productos? Según información del gobierno de México solo el 8% del total de los desechos plásticos se reciclan en el país. Una cantidad mínima tomando en cuenta todas las toneladas que se tiran diario. ¿Pero por qué si la población general conoce la teoría y todo lo que pasa con estos desechos no aumenta el porcentaje de reciclaje o reúso?
Algunas personas pueden creer que la solución podría ser entonces prohibir el uso de estos materiales, cambiar las leyes y las normas para poder evitar este gran problema ambiental. Pero el gran problema es que no se han encontrado alternativas en la industria para poder sustituir estos materiales. Los plásticos son baratos y fáciles de procesar, las tecnologías de transformación de plásticos ya están dominadas y en México tenemos gente capacitada en ellas.
Los plásticos tienen propiedades que para la industria del empaque que son difícil de sustituir sobre todo en la industria alimenticia. Vivimos en un mundo globalizado donde los alimentos viajan cientos o miles de kilómetros desde el campo donde se producen hasta el consumidor final. Por lo tanto, se tienen que proteger para que puedan llegar en buen estado a su destino final y esto solo se ha logrado con películas o bolsas plásticas que protegen estos alimentos.
Demos un paso atrás para entender por qué estos materiales son tan únicos y no es tan fácil eliminarlos. Los materiales los clasificamos por categorías: metales, cerámicos, plásticos y los compuestos que son la mezcla de dos materiales que forman uno. De estas categorías principales, los plásticos son los únicos materiales sintéticos, esto quiere decir que son producidos por el hombre, no desde la naturaleza. Esto es un punto importante de recordar. Ahora, si nos vamos a la parte química, lo explicaré de una forma fácil de comprender. Los plásticos son formados por macromoléculas, esto quiere decir, cadenas muy largas de diferentes elementos.
Estas cadenas podemos imaginarlas como cuerdas que cuando están juntas se enredan entre sí. Entre más enredadas estén, se vuelven más fuertes y resistentes y difíciles de romper. Esto hace que cualquier cosa que trate de pasar entre los espacios entre las cuerdas sea muy difícil y complicado. Por eso se usan tanto en la industria de alimentos, porque esta red de cuerdas o moléculas se encarga de atrapar la humedad o el oxígeno que quiere entrar a los alimentos y los protege evitando el contacto. Esta misma naturaleza química hace que cuando nosotros aplicamos calor estas cuerdas se aflojen y podamos darle la forma que queramos una y otra vez. Siendo muy fácil su producción y transformación en todo tipo de objetos y productos.
Entonces en resumen, sus características son únicas, son baratos y muy fáciles de procesar. El reciclaje no ha alcanzado lograr mitigar de forma significante el impacto ambiental ni las medidas que los empresarios o las industrias han tomado. Qué otra alternativa nos queda como sociedad. Una es la investigación y desarrollo, donde investigadores y científicos trabajamos para lograr encontrar alternativas sustentables a estos materiales, que sean similares en propiedades y características y costos. Pero este es un trabajo muy especializado que solo algunos podemos hacer. Una segunda opción es la educación.
Si comenzamos la educación ambiental desde edades tempranas como el preescolar, podemos cambiar conductas de consumo y rutinas de desecho. Podemos moldear al consumidor a pensar desde su trinchera y también a cómo desechan los productos. Es sumamente importante que los niños y jóvenes entiendan que estos materiales no son los enemigos, sino la forma en cómo los usamos y desechamos. Si logramos como sociedad cambiar la industria, cambiará con nosotros.
También es fundamental no mal informar, existen muchos mitos y leyendas que se han formado alrededor de los plásticos, que metiendo miedos se ha querido atacar el problema. Este no es el camino correcto. Durante años hemos escuchado cómo el villano de la historia ambiental son los plásticos, pero la realidad es que son materiales únicos y básicos en la vida moderna. Lo que tenemos que cambiar no son los materiales sino que es a la sociedad y como los usamos y desechamos. Las nuevas generaciones pueden crecer con un chip diferente al nuestro y así lograr un verdadero cambio. Sé que suena muy trillado, pero la solución a este problema como muchos problemas actuales es la educación temprana.
Dra. Cecilia Daniela Treviño Quintanilla
cdtrevino@tec.mx
Twitter: @ceciliatrevino