Claudia no pintará raya con AMLO
Imposible romper, por lo pronto, el cordón umbilical político que los une. Se esperan las mismas barbaridades en el ejercicio de la próxima administración pública
La candidata producto de la elección de Estado, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó el día de ayer que no “pintará su raya” con el presidente López Obrador; resulta por demás obvia y obligada la afirmación que tuvo que hacer pública.
La señora le debe todo a su mentor; él la hizo, él la formó y la encumbró en la Presidencia de la República. AMLO llevó a cabo una elección de Estado para hacer ganar a su pupila. Imposible romper, por lo pronto, el cordón umbilical político que los une. Se esperan las mismas barbaridades en el ejercicio de la próxima administración pública.
Para demostrar esa filiación, ambos hacen recorridos políticos cual siameses. Uno, supuestamente, organizó una gira de 3 meses por todo el territorio nacional como campaña de despedida. Y la otra, para continuar “bebiendo” de las instrucciones del presidente, quien literalmente le escribe el guion del programa de gobierno para el sexenio de la candidata ganadora. De eso no hay duda. El ejemplo más claro fue cuando se le ocurrió a la candidata electa, proponer foros con especialistas en la materia, previo a la aprobación de las reformas al Poder Judicial; aún no decía la última palabra, cuando reculó y se desdijo; tuvo que obedecer a López ¿Cuál consulta con especialistas? Así como va.
Al unísono, propios y extraños opinan lo mismo —opinamos—. Desde el extranjero observan con claridad el juego transexenal de López Obrador, quien opera su Maximato. Ambos lo niegan, pero, como dice el dicho: si grazna como pato, camina como pato, tiene plumas de pato, luego entonces es inequívoco que se trata de un pato. Las señales son claras, aunque no lo acepte ninguno de los dos.
El periódico estadounidense de The Wall Street Journal, de influencia mundial, publicó este lunes en su editorial, el supuesto que comentamos. AMLO no tuvo más remedio que abordar el tema y desmentir bajo argumentos, como siempre, inidóneos y falaces. Evidente que López teje burdamente su Maximato, aunque lo niegue Claudia, quien, para despejar cualquier duda al respecto, afirmó que no “pintará su raya”. Evidente sumisión a su mentor.
Una práctica del viejo priismo. Costumbre no escrita con la que comulga López Obrador, tiene en sus genes políticos esa cultura. Aunque, con el tiempo los presidentes priistas en turno, habiendo ganado, terminaban por hacer a un lado a quien los había ungido con la candidatura y el triunfo; el paso de la estafeta no duraba mucho tiempo. La historia registra que algunas relaciones políticas terminaron mal. El futuro no está escrito, cualquier cosa puede suceder.
Todos los actos de gobiernos que realiza AMLO, aun los más negativos, son bien vistos y sancionados positivamente por la virtual ganadora. Avala y confirma estar de acuerdo, asegura que la #4T del López Obrador continuará sin desviarse del camino. Muchos años el presidente dio de comer en la mano a su candidata, la enseñó, la educó, la amaestró para obedecer, no para pensar y decidir por sí sola.
Otra prueba más que confirma el aserto son varios de los nombres de servidores públicos -nombramientos aún no hechos legalmente por obvias razones-, personas de “primer nivel” del gabinete del actual presidente que ha dado a conocer, quienes acompañarán a Claudia en su gabinete.
Varios de ellos son gente del presidente López, no de ella; el primero fue dado a conocer antes que todos para reflejar confianza en los inversionistas nacionales y extranjero, mismo que recayó en el secretario de Hacienda y Crédito Público. Por demás obvio, funcionario que repetirá y quien sostiene “con alfileres” el andamiaje de los dineros que llegan y salen al erario.
Conoce perfectamente las fortalezas y debilidades de los ingresos y los egresos; la enorme deuda que le deja; los gastos excesivos que se reflejan en un mayor gasto que supera los ingresos; AMLO deja un déficit fiscal de miles de millones de pesos. Gastos comprometidos como pensiones. Era obligado ese nombramiento.
Por cierto, el presidente ya inició a pagar a los pensionados del IMSS e ISSSTE cantidad superior a los 16 mil pesos mensuales a los primeros pensionados, obteniendo el dinero de los pensionados mayores de 70 que no manejaban sus cuentas en las administradoras de las Afores. Otro problema legal que tendrá que enfrentar el gobierno de Sheinbaum.
Los próximos coordinadores de las Cámaras de Senadores y Diputados son gente de López Obrador, no de Sheinbaum. Y así, otros más como el de Raquel Buenrostro Sánchez.
Todo indica que Sheinbaum llevará consigo el guion que le heredará López Obrador. Este sujeto, enfermo de poder, será la sombra permanente, tendrá oídos y ojos en todas partes; leales a López, no a la presidenta electa.
No cabe duda que será un legado muy incómodo. En algún momento la señora Sheinbaum deberá empezar a escribir su propia historia, dejar de ser el sumiso títere del actual presidente; tendrá que hacer a un lado el guion que le dejan y empezar a escribir el propio. Hasta entonces, no puede negar, refutar ni repudiar la paternidad política.