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C.C.P. Miroslava Carrillo Martínez, presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales

Por Arturo Maximiliano García - 25/02/2019

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

La pacificación del país será un medidor para las elecciones intermedias donde estarán en juego 13 gubernaturas y muy probablemente la revocación de mandato

 C.C.P. Miroslava Carrillo Martínez, presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales

Por fin se aprobó en el Senado la creación de la Guardia Nacional, institución en la cual descansará la estrategia del gobierno federal para combatir a la delincuencia organizada y que para variar ha sido criticada por expertos que tampoco dejan muy claro entonces cuál sería la alternativa correcta.

Pareciera así que, por lo que toca a los partidos de oposición representados en el Senado, la guardia cuenta con su aval, incluso con su paternidad, por lo menos al día de hoy, pero quizá mañana podrían dejarla huérfana, será cosa de conveniencia política. Por lo pronto la decisión de secundar el acuerdo logrado en el Senado estará en la Cámara de Diputados.

No hay duda que para el Presidente López Obrador este nuevo cuerpo es el pilar de la estrategia para prevenir el delito y preservar la seguridad en todo el país, lo cual está expresamente detallado en el Plan Nacional de Paz y Seguridad.

Sin embargo, en la propuesta original, esta guardia estaría encabezada por oficiales de las fuerzas armadas, acompañados por un gabinete de seguridad integrado entre otros por los secretarios de gobernación, seguridad pública, marina y defensa. Al final esto no prevaleció.

El planteamiento de un mando militar generó que las posiciones se polarizaran, no sólo entre Morena y sus aliados electorales con el resto de los partidos representados en la cámara alta, sino que también con las distintas asociaciones civiles que se manifestaron en contra de la militarización de la guardia y revirando con la posibilidad de que fuera un civil quien la encabezara.

Fue precisamente en torno al mando civil que se logró un consenso, que podrá tener como alternativa un militar, siempre y cuando esté en retiro, estableciendo también un plazo para que este cuerpo de combate al delito tenga la estructura y capacidades suficientes para que en 5 años pueda regresar al ejército a los cuarteles, si las circunstancias lo permiten.

Pero el consenso logrado hace unos días volverá a ser materia de enfrentamiento entre quienes lo aprobaron. De manera inmediata todos quieren sacar raja política de la votación unánime. La oposición dirá que fue responsable y que no dice a todo que no, sino que regula y sirve de contrapeso contra las propuestas del poderoso Ejecutivo, sin embargo, otras negociaciones habrán existido debajo de la mesa y que puede tener que ver con tantas otras votaciones que vendrán en el Senado, particularmente de nombramientos que requieren las dos terceras partes de los votos y que ningún partido tiene por si mismo en el Senado.

Los partidos opositores en el Senado han respaldado la creación de la guardia, pero tratarán de deslindarse de los resultados de la misma, como si esto fuera posible. A la medalla de la semana pasada habrá que sacarle jugo, pero quienes coyunturalmente apoyaron la propuesta presidencial estarán al pendiente de los resultados de la operación de este nuevo cuerpo de seguridad nacional, del que habrán de señalar cada resbalón y llevarlo a la arena política pero esta vez no legislativa sino electoral.

La pacificación del país será un medidor para las elecciones intermedias donde estarán en juego 13 gubernaturas y muy probablemente la revocación de mandato o plebiscito con respecto si debe o no continuar gobernando el presidente López Obrador. Será ahí donde la Guardia Nacional volverá a polarizar la discusión entre los actores nacionales, mientras que otros la llevarán a consideración en sus respectivos estados en las contiendas locales de 2021.

Si los indicadores de seguridad no mejoran de manera sustancial, la oposición dirá que, a pesar de su buena voluntad y de la confianza que le dieron al presidente para implementar su estrategia, esta no rindió los resultados deseados. La paternidad de la guardia nacional de tipo civil que hoy todos pelean, podría ser huérfana mañana.

Si las condiciones de seguridad mejoran, lo cual todos deberíamos desear, el merito visible será para una sola persona, el presidente, y eso, así de mezquino como suena, no es lo ideal para todos, en la lucha por el poder que requiere siempre de señalar culpables.

Arturo Maximiliano García

Orgullosamente queretano. Apasionado de la política, la economía, las leyes y los medios. Barcelona , PUMAS, Steelers, USC y Yankees mis equipos.


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