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Bután, el reino de la felicidad

Por Eduardo Magaña - 09/03/2016

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Bután, oficialmente conocido como el Reino de Bután, es un país mediterráneo (en medio de la tierra) ubicado en Asia, al sur de este continente. […]

 Bután, el reino de la felicidad

Bután, oficialmente conocido como el Reino de Bután, es un país mediterráneo (en medio de la tierra) ubicado en Asia, al sur de este continente. Bután tiene límites fronterizos con China, India y el Tíbet – o solamente con China e India según el estatus que uno le dé al Tíbet. Uno de los países menos poblados, su superficie y geografía es similar en tamaño y caprichos al de Suiza, pero es un país radicalmente diferente a la Confederación Helvética (nombre oficial de Suiza).

La historia butanesa se remonta al siglo VII, época de la cual nos llegan leyendas de la creación y el origen de este pequeño pero ‘mágico’ país. Una de estas leyendas es la fundación del país, alrededor del siglo VIII, en que el Gurú Padmasambhava meditó por 3 años, 3 meses, 3 semanas, 3 días, 3 horas en lo que hoy es el Monasterio Taktsang Palphug, comúnmente conocido como el ‘Nido del Tigre’.

Este monasterio es hoy el símbolo de Bután además de ser uno de los monasterios más importantes del Budismo Himalayo, religión que predomina en Bután. En el Nido del Tigre se dice que realmente vivían tigres con los que convivió sin peligro el Gurú. Pero se dice que llegó al valle de Paro (ubicación del monasterio) en un tigre volador – parte del mito.

El día de hoy, es un lugar de peregrinación al que toma por lo menos dos horas subir los más de 3,100 metros; una nimia parte en automóvil y el resto a pie, para llegar a uno de los lugares más extraordinarios en los que he estado – pasando de camino por cascadas y bosque, encontrando diferentes animales salvajes, además de compartir el camino con cientos de peregrinos laicos o monacales que llegan todos los días al Nido del Tigre.

En el valle de Paro, también está el Aeropuerto Internacional y único aeropuerto comercial de Bután; al país Himalayo se puede llegar solamente por avión, en Druk Air, la compañía nacional, y Air Bhutan, líneas aéreas internacionales podrán volar en los próximos meses y años ya que el turismo ha incrementado exponencialmente. Hoy se pueden encontrar hoteles de las más prestigiadas marcas internacionales de lujo desde Six Senses, Mandarin Oriental hasta Aman Resorts, todos con varias propiedades alrededor del reino.

A poco menos de dos horas en coche del aeropuerto de Paro, está Timbu, la actual capital. Bután hasta hace poco más de 40 años – 1974 para ser precisos – no recibía turistas. Fue el padre del actual rey Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, el rey Jigme Singye Wangchuck, quien abrió las puertas a la modernización de Bután.

El rey Jigme Singye abdicó en 2006 a favor de sui hijo Jigme Khesar Namgyal, quien es considerado, junto con su joven esposa Jetsun Pena, como los equivalentes de Kate y William de Gran Bretaña, pero de Asia.

Los reyes en Bután son conocidos como Druk Gyalpo – Rey Dragón, y el joven y actual rey Jigme Khesar Namgyal, acaba de recibir de su esposa un pequeño heredero al reino el pasado mes de febrero. El padre del actual rey, fue también el responsable de la creación del término Gross National Happines (GNH) en español felicidad nacional bruta (FNB) o felicidad interna bruta (FIB), indicador que mide la calidad de vida en términos de bienestar físico, psicológicos y con mediciones holísticas más que monetarias como el Producto Interno Bruto (PIB).

Este concepto según la página oficial del movimiento, implica que el desarrollo sostenible debe adoptar un enfoque holístico hacia las nociones de progreso y dar la misma importancia a los aspectos no económicos de bienestar. El concepto de FNB menudo ha sido explicado por sus cuatro pilares: buen gobierno, desarrollo socioeconómico sostenible, la preservación cultural y la conservación del medio ambiente.

Últimamente los cuatro pilares se han clasificado además en nueve dominios con el fin de crear una amplia comprensión de la FNB y reflejar la gama integral de los valores de la misma. Los nueve dominios son: el bienestar psicológico, la salud, la educación, el uso del tiempo, la diversidad cultural y capacidad de recuperación de la misma, el buen gobierno, la vitalidad de la comunidad, la diversidad ecológica y la capacidad de recuperación de la misma y el nivel de vida.

¿A poco no sería espectacular que nuestros líderes replicaran programas similares?

Eduardo Magaña

Especialista y consultor en asuntos internacionales, Presidente de la Cámara de Negocios Kazajstán-México y Delegado de KFA en el país. Con experiencia de vida en 21 países de América, Europa, África, Asia y Oceanía, lugares en que ha mantenido los más altos contactos. Ha sido también colaborador de publicaciones en Forbes, NYT y Foreign Affairs.


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