Aunque usted lo dude, al país sí le puede ir peor que con López Obrador

Hay un creciente hastío a hablar de lo malogrado del gobierno federal, nos cansamos de leer notas en las que todos los indicadores van a la baja, bueno, salvo los homicidios y la inflación, esos sí creciendo a pasos agigantados.  A alguno nos desalienta que a pesar del enorme daño que la administración lópezobradorista le infringe todos los días al país, las encuestas le siguen dando un amplio e irreversible voto de confianza (por lo menos hasta la próxima elección), irónicamente inclusive vemos como a cada yerro suma un punto más en los sondeos de las casas encuestadoras.

Al Presidente le sigue generando réditos su discurso de odio, de señalar que la pobreza se debe al empresario, que todo es culpa del pasado y que si el PRIAN no existiera seríamos Dinamarca.  Estoy convencido de que MORENA ganará las próximas elecciones federales (no las locales) y consecuentemente México seguirá pagándolo a un alto precio.  

Si usted creía que el país ya no puede estar tan mal como en este sexenio lamento decirle que en el siguiente nos irá peor.  Hoy hay un cúmulo de políticas públicas equivocadas pero alineadas al mesianismo del líder del movimiento y Presidente de la República, nadie de su gabinete ni de su partido (salvo Muñoz Ledo y Monreal) se atreven a cuestionarlo, a debatirle, saben que se enfrentarían al Gobernante de las mayorías; y en ese ambiente de verticalidad sí con matices de legitimidad, todos obedecen, nadie se mueve, y un Partido Político institucional es más vigoroso aunque ese implique ser menos democrático.  

Pero imagine usted lo que será cuando nuestro fallido Presidente tal y como lo ha anunciado se vaya a “La Chingada”, ¿acaso quien lo suceda en el cargo contará con el apoyo absoluto de sus compañeros de Partido? Si desde ahora, apenas en su ilegal precampaña las “corcholatas” de AMLO todos los días se golpetean a diestra y siniestra, qué será cuando haya candidato o candidata definido.

Con una oposición seguramente con más escaños legislativos (aunque sin méritos, más bien inercial al rechazo a la 4T), con un Presidente que tuvo que ceder ante los que no serán favorecidos con la candidatura de su Partido, la gobernabilidad será más difícil de construir, los acuerdos serán más difíciles de alcanzar y el país entrará en una crisis política inimaginable. Hoy inimaginable que alguien le regateé a Andrés Manuel dentro de la 4T su liderazgo porque a él y a nadie más le corresponde gozar de esa posición, pero no será lo mismo para quien herede el cargo, porqué habrá más de alguno que se sentirá con mayores méritos o trayectoria para haber sido nombrado, y desde la trinchera que ocupe estará desgastando al Presidente del siguiente sexenio, y un Gobernante vapuleado por su propio Partido es un líder débil, y si ya tenemos a uno errático, después tendremos a un mermado políticamente, que terminará irremediablemente equivocándose o imponiéndose hasta con el uso de la fuerza de la milicia.   

Al país aunque usted lo dude sí le puede ir peor que con López Obrador.  Lo lamentable es que a pesar de las señales, la oposición jamás estuvo a la altura, la mezquindad de sus dirigentes y el ayuno de líderes naturales hizo imposible presentar un frente común serio y fuerte. Aunque, ojalá, quizá me equivoque, aún hay tiempo.