AMLO, Claudia; el poder, tras el poder

Apenas pasadas las once de la mañana y cuando el sol comenzaba a pegar, el evento de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y de la Dra. Claudia Sheinbaum, virtual presidenta del país, comenzó a correr como relojito. Con ambos, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri.

Lo sucedido este domingo en el deportivo Josefa Ortiz de Domínguez de esta capital queretana, es una situación totalmente inédita, sin precedente en el México moderno.

Es Querétaro el estado número 14 que recorren juntos. Y su sexta gira así.

Claudia Sheinbaum llegó al poder, por el dedo del presidente, como en los tiempos hegemónicos del PRI; pero ahora, AMLO diría, ya no son tapados, sino “corcholatas”.

Cuando los tres caminaban por el largo pasillo para conducirlos hasta el estrado de ese evento, algunos morenistas radicales – no todos, hay que aclarar – comenzaron a gritar “fuera Kuri, fuera Kuri”. Esta es, la “democracia” de Morena, la que excluye, la que busca caminar en solitario. El grito, en ese momento, no se generalizó.

Estarían ahí, bajo esa alba carpa, unas tres mil personas.

Y sería Mauricio Kuri, el gobernador de Querétaro, quién a nuestros ilustres visitantes, les daría la bienvenida.

Sonriente, apenas se acomoda el micrófono; se apuesta Kuri para hablar.

Y el grito se vuelve a repetir. Mauricio apenas voltea a ver a nuestros visitantes. De ahí se levanta Claudia para hacer uso de la palabra.

“Buenos días a todas y a todos. Les voy a pedir algo. La elección ya pasó y hay que respetarnos todos. Vamos a dejar hablar al gobernador de Querétaro, ¿Les parece, si?”.

Y también el presidente y ante el micrófono, es que les dice, levantando el dedo de su mano derecha:

“Yo también les pido eso: respeto. A ver, que levanten la mano los que van a escuchar con respeto al gobernador de Querétaro (se generaliza el levantamiento de manos) bájenla. Que levanten la mano los que no lo van a escuchar con respeto. (Nadie la levantó)
¡Que viva el pueblo de Querétaro!”

Ya al micrófono, MKG hila un extraordinario discurso – leyendo – en el que utiliza la mano izquierda.

“El estado de Querétaro se distingue en el país por ser una entidad de puertas abiertas al talento, a la inversión, a la innovación y al trabajo, lo que ha permitido tener un crecimiento sostenido e incluyente”.

Los gritones permanecieron callados.

“Hemos procurado siempre, privilegiar la cooperación y la coordinación con los tres niveles de gobierno”.

Caen naturales los primeros aplausos. Aislados cierto, pero aplausos.

Tomaron la palabra, después, tanto Claudia Sheinbaum como AMLO.

Esta, la visita del domingo, es la primera vez que el presidente visita Querétaro, en los casi seis años que lleva de gobierno.

Y esta visita – decía – es inédita, porque nunca, ni en los tiempos del PRI hegemónico, los presidentes entrantes se hacían acompañar por el presidente en funciones. Nunca.

Y en los estados, los recibía el gobernador del estado en funciones, el alcalde y, seguro, el presidente del partido.

“No somos iguales” ha dicho AMLO; pero tampoco los mexicanos – los queretanos – somos ingenuos.

Al acompañar a Claudia, el presidente nos está enviando un mensaje, el mensaje del poder. Porque ¿Como para qué la acompaña? Ni modo que la presidenta virtual no conozca el camino.

Y AMLO está cerrando esa pinza, la pinza del poder. En la presidencia, Claudia y en el partido Morena, Luisa María Alcalde. ¿Dónde está la democracia de ese partido? Y, digámoslo claro, la de todos los demás.

Pero en fin, los queretanos – al menos – queremos seguir soñando la democracia, no la dictadura.