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Abdica el emperador japonés Akihito

Por Eduardo Magaña - 02/05/2019

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Por primera vez en la era moderna renuncia un emperador japonés, lo sucede su hijo Naruhito.

 Abdica el emperador japonés Akihito

Foto: EFE/Frank Robichon

Hace poco más de 200 años que en la monarquía japonesa no ocurría una ceremonia de abdicación. El emperador Akihito renunció formalmente y su hijo, Naruhito, ascendió al trono el 1 de mayo.

El nuevo emperador, cuyo nombre completo es Hiro-no-miya Naruhito Shinnō, no dejará herederos por ahora, ya que el imperio japonés se hereda desde la línea masculina, por lo cual Fumihito, su hermano menor, se convertirá en el príncipe heredero. Fumihito, además tiene un hijo, el príncipe Hisahito, que se convertirá en el tercero en la línea de sucesión al trono japonés. Naruhito estudió en Oxford; el primer miembro de la familia real japonesa en hacerlo. En 1993, se casó con Masako Owada, una «diplomática de alto vuelo, educada en Harvard», según la BBC. Tienen una hija, la princesa Aiko.

Con la abdicación de Akihito, se termina la era Heisei (paz) y empieza la era Reiwa (bella armonía); en Japón, las ‘eras históricas’ se determinan con base en los años de duración en el trono de sus emperadores. El emperador japonés Akihito abdicó después de 30 años en el Trono de los Crisantemos, lo cual es, en sí, es un hecho histórico: desde 1817 ningún emperador japonés había renunciado. Akihito fue el emperador número 125 y Naruhito es el número 126 en la dinastía más antigua del mundo.

Tras la abdicación, el Emperador Akihito se convierte en emperador emérito y su esposa, Michiko, en emperatriz emérita. Coincidentemente la ‘era de paz’ termina justo cuando el primer ministro Shinzo Abe desea modificar la constitución para permitir que Japón pueda tener un ejército en lugar de fuerzas de autodefensa, como está estipulado desde el término de la Segunda Guerra Mundial.

Para que Akihito abdicara, el Gobierno japonés tuvo que aprobar una ley especial en 2017 para regular una situación inédita en la era moderna. Hasta ese momento, al emperador ni siquiera le estaba permitido anunciar su deseo de abdicar; la familia imperial japonesa no cuenta con ninguna autoridad en el gobierno de Japón, su autoridad es moral y semi religiosa. Akihito fue el primer emperador en asumir el trono como cargo simbólico y sin funciones políticas, ya que Hirohito, su padre y antecesor, renunció a la divinidad que se le otorgaba oficialmente a la figura del emperador, todo esto debido a la derrota japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Akihitio tiene 85 años y recientemente tuvo que someterse a tratamiento contra el cáncer de próstata y a una cirugía de corazón. Por estas razones, en 2016, durante una de sus intervenciones públicas tuvo que expresar la preocupación de que su estado de salud no le permitiría desempeñar sus funciones correctamente.

La ceremonia de abdicación tuvo lugar en el Palacio Imperial de Tokio. Antes de esta ceremonia, Akihito caminó por sus pasillos medio de un ritual llamado Taiirei-Tojitsu-Kashikodokoro-Omae-no-gi con el objetivo de mostrar su voluntad de retirarse del trono de manera voluntaria.

Akihito fue conocido como el emperador más cercano del pueblo, y entre sus muchas muestras de cercanía asistió, junto con su esposa, a visitar refugios creados tras el tsunami de Fukushima y convivió y consoló a los damnificados, algo inaudito en la historia del trono japonés. En realidad, Akihito e Hirohito desdeidificaron la imagen del imperio japonés, pero lo mantuvieron en alta estima y con una aprobación y cariño de la gran mayoría del pueblo.

 

Con información del sitio web de la Familia Imperial de Japón.

Eduardo Magaña

Especialista y consultor en asuntos internacionales, Presidente de la Cámara de Negocios Kazajstán-México y Delegado de KFA en el país. Con experiencia de vida en 21 países de América, Europa, África, Asia y Oceanía, lugares en que ha mantenido los más altos contactos. Ha sido también colaborador de publicaciones en Forbes, NYT y Foreign Affairs.


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