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La UAQ generaba políticos, ahora algunos quieren usarla para hacerse políticos

Por Juan Carlos Arreguín - 04/10/2022

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

El dirigir a la Universidad Autónoma de Querétaro es una enorme responsabilidad, pero sin duda la mayor es la que enarbola su propio lema: “Educo en la verdad y en el honor”.

 La UAQ generaba políticos, ahora algunos quieren usarla para hacerse políticos

Foto: Archivo

Corría el año de 1971 cuando el Instituto Nacional de la Juventud organizaba un concurso nacional de oratoria, destacó y ganó un joven que, además, era uno de los más destacados estudiantes de taekwondo de Querétaro; gracias a su sobresaliente capacidad intelectual fue destacando a tal grado que el PRI lo buscó y convenció de adentrarse en la política, tanto, que Mariano Palacios terminó por ser primero diputado Local, rector de la UAQ posteriormente, para después, ser gobernador del estado, secretario de Estado Federal, presidente del PRI y embajador de la Nación en un par de estados.

Otros destacados ex rectores como Agapito Pozo Balbás, Hugo Gutiérrez Vega, Braulio Guerra Malo y Alberto Macedo Rivas fueron connotados eruditos en sus áreas de estudio, tan brillantes que, hicieron que el poder público los convocara a ser parte del mismo, ya fuera formando parte del ejecutivo como del poder judicial.

Fue una época brillante de la UAQ, cuadros distinguidos de diversas facultades destacaban y era inevitable que los reflectores voltearan hacia ellos, el estado requería a las mejores mujeres y hombres, y la llamada alma máter era el semillero idóneo para encontrarlos: Jorge García Ramírez, Enrique Burgos García, Andrés Garrido del Toral, José Arana Morán, entre muchos más, son algunos de los referentes que lo avalan. La UAQ generaba políticos, lamentablemente hoy, algunos usan a la universidad para conseguir su sueño de hacerse “políticos”.

El dirigir a la Universidad Autónoma de Querétaro es una enorme responsabilidad, pero sin duda la mayor es la que enarbola su propio lema: “Educo en la verdad y en el honor”. De manera irrestricta lo entendieron algunos, que por su perfil académico (de carácter científico y no humanístico o social) resultaron administradores natos cuyo principal objetivo era situar a la UAQ entre las mejores universidades del país en su nivel académico, y lo lograron; Alfredo Zepeda, Jesús Pérez Hermosillo y, en menor medida, Raúl Iturralde, fueron estudiosos nacidos en la máxima casa de estudios de la entidad, que no distrajeron su perfil para encaminarlo a sitios desconocidos para ellos, decidieron dedicarse a lo suyo y no marearse con los cantos de las sirenas. Hicieron bien.

El PRI se equivocó en el 2006, la nostalgia lo hizo creer que la UAQ seguía dando candidatas o candidatos, pensó equivocadamente que el hecho de que alguien ocupaba la silla de la rectoría lo o la haría persona preparada para hacer política, líder natural que generaría lo que cualquier partido político requiere… votos, ¡error!. Dolores Cabrera se dejó seducir por el cargo y por la burbuja que le construyeron en la que la hicieron creer invencible, pero Lola (como sus allegados le llamaban) no sabía de política (al menos no la interna de la UAQ), sino habría sabido que el PRI no podía ganar esa elección, y que en realidad era usada para cerrarle el paso a José Calzada que intentaba ser presidente municipal de Querétaro. Hoy, Dolores Cabrera no es recordada como la universitaria que entregó su vida por la UAQ desde la Prepa Norte y la SUPAUAQ, sino como aquella priísta que perdió por paliza la alcaldía capitalina.

Morena, el partido de la mal llamada 4ta Transformación, ávido de actores con potencial electoral logró aprovechar el protagonismo de Gilberto Herrera Ruiz, quien perdiendo la elección constitucional con el hoy gobernador, Mauricio Kuri, alcanzó ser, perdiendo insisto, senador de la República, desde dónde viene allanándose el camino para ser recordado como el más improductivo representante popular en la historia de Querétaro. Me puedo equivocar desde luego, pero el que suscribe la nota permanecerá ansioso de información que le permita conocer sobre alguna iniciativa del senador hecha ley en favor del estado, o de alguna gestión presupuestal que ayudó a la entidad a generar obra, o bien, de aumentos en materia financiera para la UAQ de la que emergió, de la que se aprovechó para estar donde está (en contraste con el 13 por ciento de aumento que brindó la administración que encabeza Mauricio Kuri).

Hoy la UAQ vive una de las peores crisis de su existencia, la plantilla estudiantil le ha hecho ver a la amante del reflector y rectora, Teresa García Gasca, que primero deben ser ellos y su entorno que, volverse ocurrente opinóloga y todóloga. Que bien valdría la pena concentrarse en los graves problemas que aquejan a la alma máter antes de seguir endulzándose los oídos por quienes la sitúan como candidata de Morena. Sería oportuno que la historia aleccionara a la dirigente administrativa y académica de la UAQ, y que se concentrara en las actividades propias de su encargo e inherentes a su perfil profesional. La Universidad Autónoma lo requiere, Querétaro lo necesita.

Juan Carlos Arreguín

Licenciado en Derecho y Maestro en Amparo. Consultor Político con Diplomados en Derecho Electoral y Estrategia Electoral. Fue Secretario de Gobierno Municipal, Director de Desarrollo Político Estatal, Director de Análsis Politico Estatal, Coordinador Operativo del Programa Social Estatal.


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