Rocío Peniche debería escuchar a AMLO, Rufina Benítez y Andrea Tovar y actuar

En estos tiempos, en los que la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para mantener la confianza en nuestras instituciones públicas, resulta desconcertante que la Delegada de la Secretaría del Bienestar en Querétaro, Rocío Peniche Vera, se niegue a renunciar a su cargo y a iniciar una investigación de oficio en medio de serias acusaciones.

La petición de renuncia por parte del Partido Acción Nacional (PAN) surge en respuesta a las investigaciones en curso sobre la presunta participación de funcionarios de la dependencia federal en una marcha realizada durante el horario laboral en Maconí, Cadereyta. Se trata de una cuestión seria que merece una atención oportuna y exhaustiva.

La postura de Peniche Vera de no renunciar y no iniciar una investigación de oficio es particularmente cuestionable en vista de los llamados realizados por figuras de gran relevancia como el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Querétaro, Rufina Benítez Estrada, y la diputada local Andrea Tovar Saavedra. Estos llamados no pueden ser ignorados y deben ser tomados en cuenta.

La negativa de la Delegada Peniche a renunciar y a abrir una investigación de oficio envía un mensaje preocupante a la sociedad. La transparencia y la responsabilidad son pilares esenciales de cualquier gobierno que busca servir con integridad a la población, pero en especial del encabezado por Mornea. No solo es necesario que los funcionarios públicos sean honestos, sino que también deben ser vistos como tales por la ciudadanía.

La insistencia de Peniche Vera en que las acusaciones son anónimas y que los medios no proporcionaron un contexto completo es insuficiente. En lugar de desestimar estas preocupaciones, debería tomar medidas concretas para esclarecer la situación. La falta de una respuesta adecuada solo alimenta las dudas y las suspicacias en torno a su gestión y la de su equipo.

Es fundamental que Peniche Vera demuestre un compromiso genuino con la rendición de cuentas y la transparencia. Dejar que las investigaciones sigan su curso y responder a los llamados de la sociedad y las autoridades no solo es una cuestión de integridad personal, sino también una cuestión de responsabilidad en su posición como Delegada de la Secretaría del Bienestar.

En un momento en el que la confianza pública en las instituciones gubernamentales es esencial, Rocío Peniche Vera tiene la oportunidad de enviar un mensaje claro de que está dispuesta a enfrentar las acusaciones y a actuar con responsabilidad. Ignorar los llamados a la renuncia y a una investigación de oficio solo socava la confianza en la integridad de su gestión y la de su dependencia. La sociedad está observando, y es hora de que se escuchen sus legítimas preocupaciones.