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¿Podrá Alonso con el PRI?

Por Staff Códice Informativo - 12/02/2013

Alonso Landeros deberá navegar con el viento en contra en la capital del estado, porque no es totalmente aceptado por quienes creen tener mayores y mejores merecimientos que él para este cargo

 ¿Podrá Alonso con el PRI?

Una de las partes más delicadas de cierre de sexenio, la política –la otra es la socia – ha sido confiada, en una jugada que debe ser de seguridad, a un muchacho, Alonso Landeros Tejeida, que no las trae todas consigo en la inminente dirigencia del Partido Revolucionario Institucional, el PRI. 

Y llega -se intuye– con el compromiso de ir superando todas las pruebas. Y en este partido son muchas.

Si Alonso quiere llegar a la prueba final, y que será interpretar a la perfección las señales políticas para que este partido siga conservando el poder, debe primero salvar muchos escollos. 

De los primeros y más difíciles, se dieron ya en una jugada política magistral con el sello de José Calzada, como fue el meter como bateador emergente al PRI a alguien de todas las confianzas –y desde luego de todas las lealtades– al Lic. Jorge García Quiroz y que, sin dejar de vérselas como las que pasó Caín, saca un limpio trabajo en la conformación, primero, del Consejo Político Estatal de este partido pero igualmente y sin descanso, sacar el armado de los consejos políticos municipales, de todos los consejos políticos municipales.

Con este escollo salvado, se buscó que Alonso llegara limpio a la dirigencia, sin enemigos –al menos– a la vista.

Pero el cargo de ser dirigente del PRI, es, amén de difícil, sumamente codiciado, particularmente cuando el partido tiene el gobierno en el poder.

Muchos –más de los que usted se imagina– piensan tener los tamaños, el oficio y los merecimientos para llegar.

Y de buenas a primeras, como candidato único, llega alguien que al menos en la selecta casta de la política priista de esta capital, no está integrado. 

Por eso –se presume- que Alonso Landeros no llega con todas las manzanas rojas en su canasta. Este sí será uno de los escollos graves, difíciles, que tenga que salvar. Más los que le vayan poniendo en el camino.

Porque, de los tres personajes priistas que se mencionan con posibilidades altas –hasta ahora– para alcanzar la nominación de candidato del PRI a la gubernatura del estado ¿Con cuál de estos tres tiene Alonso mayor identificación, cercanía o y hasta, compromiso? Porque ni modo de pensar en que Alonso no los identifica.

Y se supone que será trabajo primordial del próximo dirigente estatal del PRI, el preparar la pista de la que habrá de despegar uno de estos tres personajes.

Con Jesús –se dice– no puede ser efectiva ni real su cercanía, por el simple hecho de que allá, arriba, no ven con buenos ojos al hasta hoy delegado del PRI en Aguascalientes.

Con Braulio – se considera– se cruzarán las señales. Porque ¿Nos podríamos imaginar a Braulio pidiendo consejo al presidente del partido en determinada decisión que se tome en el Congreso? ¿Quién preguntará a quién?

Y del tercero, con Roberto, se podría pensar en una mayor identificación. Pero claro, al menos Braulio y Roberto tendrán que salvar con éxito notorio –no éxito común y corriente– las responsabilidades que hoy mismo tienen.

A Alonso, puesto en la imaginaria antes de saltar al cargo de presidente del partido, lo metieron a operar la integración del Consejo Municipal de Tolimán, en donde se le fueron algunas papas enteras. No sabía –no supo- cómo detener las ambiciones políticas desmedidas de Maleno Muñoz, ex diputado priista, ex alcalde, empecinado en una absurda medición de fuerzas con Daniel de Santiago, el presidente en funciones del Comité Municipal y que portaba la falsa bandera de otro ex alcalde, de Gerónimo Hernández. Y se le complicaron las cosas a tal grado, que está pendiente una completa recomposición en este enlistado. Por lo pronto, este será un trompo a la uña que Alonso no se supo echar del todo.

Pero algo parecido le pasó en el municipio de El Marqués, en donde midió innecesariamente fuerzas con el aguerrido – aguerridísimo – Dr. Curiel para medio sacar adelante la integración de este consejo. Una cuestión buena se le puede abonar, el que no haya consultado ni buscado siquiera, a su compadre Rubén Galicia, que tiene ahora mismo el más grande de los rechazos priistas que se tenga memoria en esta municipalidad. Y ese sí fue un acierto.

Alonso Landeros deberá navegar con el viento en contra en la capital del estado, porque no es totalmente aceptado por quienes creen tener mayores y mejores merecimientos que él para este cargo. Y en el resto del estado, entre el priismo y la militancia de cajón, de siempre pues, Alonso es aceptado, pero no del todo querido. Lo de que sea reconocido o no, deberá ser después y que sea gracias a su trabajo de integración, de unidad y de armado de consensos.

Este es, a muy grandes rasgos, el delicado trabajo político que le han encomendado a Alonso, justamente en el cierre de un sexenio priista.

Delicada y muy seria encomienda.

Pero… ¿Podrá?


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