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Octavo día

Por Staff Códice Informativo - 21/05/2012

Los parámetros de la campaña municipal

 Octavo día

Hoy se cumple el octavo día de las campañas locales. Quienes las han seguido de cerca han podido constatar que no hay nada nuevo bajo el sol.

Fuera de la guerrilla urbana por el robo de propaganda, así como las culpas y las imputaciones por la alteración de lonas; entre rojos y azules no ha habido ni un rasguño.

Los que son un poco más observadores han podido constatar cuáles candidatos le están invirtiendo en serio y cuáles esperan el llamado “voto en cascada” o “voto corporativo

Y cuando nos referimos a invertir lo decimos en el sentido más amplio posible: tiempo, dinero y esfuerzo.

Es aquí donde se puede dar uno cuenta de quien sí trae apoyo y respaldo de “a de veras” y quién está haciendo la intentona con lo que sus capacidades le dan.

Así, es claro ver cómo en el PRI, algunos candidatos traen la chequera bien “choncha”; mientras otros pichicatos no traen ni para los trípticos y calcomanías; no se olviden que: “el que apuesta por necesidad, pierde por obligación”.

En ese sentido habría que hacer una diferencia entre los “Juan-Jo Boys” y los demás tricolores no afines al grupo del candidato a diputado federal. Baste recorrer el quinto distrito local con un Erick Gudiño tapizando colonias enteras, en contraste con un Pablo Meré en el cuarto distrito, donde no hay ni pintas con su nombre.

Vale la pena también apuntar la excelente administración del líder tricolor Braulio Guerra, quien de tener un instituto financieramente quebrado hace tres años, hoy dirige un boyante partido tricolor. ¿Pos de dónde se hizo de mulas Pedro?

En el caso de Acción Nacional las cosas no distan mucho de lo que pasa con los tricolores.

Ahí podemos ver cómo Armando Rivera con un colmillo muy retorcido y años de experiencia en mercadotecnia y publicidad ha puesto su propaganda en puntos estratégicos y de gran impacto para la ciudadanía.

De igual forma sus allegados gozan también de lugares valiosos para comunicar sus propuestas, tal es el caso del hijo putativo de Rivera, Marcos Aguilar, quien es amo y señor de los espectaculares y mantas en el tercer distrito federal.

Lo bueno de la campaña “armandista” es sin lugar a dudas la creatividad, el diseño y la imagen con que aparece el candidato, la cual es diametralmente opuesta a la triste y pasiva campaña de Roberto Loyola Vera.

Lo malo de la campaña “armandista” es el mensaje que ¿transmite? A los electores, con slogans como “cambios para ti”, el cual no indica absolutamente nada.

Por cierto: si Usted se ha dado una vuelta por Jurica y sus alrededores, podrá comprobar cómo en sendas residencias de las calles principales, penden mantas de apoyo al candidato priista Roberto Loyola, pero a escasos metros de ahí en el pueblo de Jurica -donde habita la prole- la propaganda dominante corresponde a Armando Rivera ¿tendencias de voto? Es pregunta sin división de clases sociales.

Lo cierto es que en cuanto a propuestas de fondo, tanto rojos como azules quedan mucho a deber, solo verbenas, porras, matracas y jóvenes en los semáforos que evocan a aquellas épocas de planillas estudiantiles, por lo demás nada de nada.


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