Ni derogación, ni contrarreforma; la Reforma Educativa sigue intacta… por el momento
Una cosa completamente distinta se entendió en redes, donde ya se daba por sentado la cancelación de la reforma educativa, sin embargo, lo que se votó fue un simple exhorto que de ninguna manera es vinculativo, ni obliga al Poder Ejecutivo a su aplicación

Foto: Archivo
El pasado jueves 13 de septiembre una noticia, con esencia de rumor, comenzó a correr como pólvora en diversos portales informativos, Morena iba a cumplir, finalmente, una de sus mayores promesas de campaña: terminar con la reforma educativa.
Los titulares en diversas notas no escatimaron difusión a lo que podría convertirse en la noticia de la semana: “Morena va contra reforma educativa”, “Reforma educativa se desmorona para senadores priístas”.
La razón del alboroto fue una iniciativa presentada por el senador Martí Batres que tenía por objetivo modificar la reforma educativa vigente en el país y derogar la evaluación docente para la permanencia en el aula.
Y hubo discusión en torno al tema en el Senado, pero hasta allí. No hubo derogación ni reforma alguna. Lo que sí hubo fue un punto de acuerdo para exhortar al Ejecutivo Federal, así como a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), a suspender la evaluación docente programada del 3 al 25 de noviembre del presente año, así como todo proceso de evaluación para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los maestros.
Lo que se votó fue la postura que asume el Senado ante un tema que se ha convertido en una problemática social; un simple exhorto que de ninguna manera es vinculativo, ni obliga al Poder Ejecutivo a su aplicación.
Una cosa completamente distinta se entendió en redes, donde ya se daba por sentado la cancelación de la reforma educativa; situación que, incluso, dio pie a que hubiera críticas y ataques contra los senadores que supuestamente habían votado a favor, como sucedió con Gilberto Herrera Ruiz, quien recibió una andanada de mensajes en Twitter criticando que hubiera votado “a favor de quitar la evaluación de los maestros”.
El malentendido si bien podría ser adjudicado a la difusión malintencionada de información, lo cierto es que tiene como origen el profundo desconocimiento del trabajo que se realiza en el Senado y de lo que aprueban nuestros senadores.
Esta situación obliga a cualquier medio de comunicación a detenerse un momento y analizar la forma de difundir la información, pero también a los ciudadanos, que requieren una actitud de mayor involucramiento que les permita comprender de mejor manera las actividades que se llevan a cabo en el Poder Legislativo.