Los caminos de Ebrard
Es este mismo escenario el que ahora ha abierto un abanico de posibilidades sobre cuáles serán los futuros del excanciller y la influencia que estas decisiones podrán tener en el desenlace de la elección presidencial
Luego de lo ocurrido el miércoles, cuando Claudia Sheinbaum fue elegida como la figura que abanderará la candidatura presidencial de Morena, Marcelo Ebrard decidió ponerse en una comprometida posición respecto a su futuro político.
Una de las piezas clave de la actual administración, y una figura preponderante dentro del Obradorismo, Ebrard apostó por la fractura al interior de Morena al desconocer el proceso interno por el cual Sheinbaum fue elegida.
Es este mismo escenario el que ahora ha abierto un abanico de posibilidades sobre cuáles serán los futuros del excanciller y la influencia que estas decisiones podrán tener en el desenlace de la elección presidencial.
El primer escenario es el que se antoja más probable. Desde hace algunos meses, se ha venido manejando la posibilidad de que Ebrard encuentre cobijo a sus aspiraciones entre las filas de Movimiento Ciudadano, sobre todo, porque el partido no ha optado por sumarse al Frente Amplio por México, y porque las cartas de este partido no se antojan lo suficientemente sólidas como para competir presidencialmente.
Lo cierto, es que se antoja muy remoto que Ebrard alcanzara la victoria solo con la plataforma de MC, por lo que, de candidatearse por esta fuerza, seguramente lo veríamos en un tercer lugar, por detrás de las Sheinbaun y Xóchit Gálvez, las dos virtuales candidatas por Morena y el Frente.
Si no fuera con MC, Ebrard aún tiene la carta de una candidatura independiente, lo cual le podría brindar mayor credibilidad política, pero que le quitaría el apoyo de una plataforma política sólida como lo son los partidos políticos. Ebrard se convertiría entonces en un caballero solitario peleando con los grandes molinos de la política mexicana; no es de extrañarse que aquí también se vislumbre un escenario de derrota.
En tanto, el Frente Amplio por México, también ya le ha echado ojos a Ebrard y le ha extendido la invitación para que se sume a sus filas, lo cual, sin duda, sería lo menos provechoso para su carrera política, a menos, claro, que la invitación fuera para encabezar la candidatura presidencial.
Lo anterior implicaría la declinación de Xóchitl, lo cual luce remoto en este momento, en el que PAN, PRI y PRD al alcanzado, por fin, lo que parece un consenso para competir en el proceso electoral. Ante este escenario, la invitación del Frente sería más que estéril.
La última opción política para Ebrard es regresar, con la cola entre las patas, a los dominios de Morena. López Obrador ha mandado mensajes claros de que Marcelo es más que bienvenido luego de su berrinche. Y Claudia también le ha extendido una invitación al diálogo, es decir, una oferta tácita de un premio de consolación en la próxima administración federal.
La reacción de Marcelo no deja de ser interesante, sobre todo si se toma en cuenta que, ni siquiera, Monreal se atrevió a romper con la 4T, a pesar de que el canto de las sirenas le indicaba que podía ser candidato del Frente, antes de que el nombre de Gálvez siquiera figurara.
¿Se irá Marcelo con el estigma de traicionar a la 4T, o habrá una reconciliación que, seguro, no dejará contento a nadie?