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La resaca de una boda en Antigua

Por Staff Códice Informativo - 09/11/2021

La salida de Santiago Nieto de la UIF es quizá uno de los momentos de mayor tensión en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador

 La resaca de una boda en Antigua

Foto: Archivo

Gran desconcierto causó la noche del 8 de noviembre la noticia de que Santiago Nieto Castillo, queretano y quizá una de las figuras con mayor credibilidad entre quienes rodean a Andrés Manuel López Obrador, había renunciado a su cargo frente a la Unidad de Inteligencia Financiera.

Al principio, los motivos de la renuncia eran oscuros ¿Lo removió el presidente? ¿Salió por voluntad propia? Eventualmente se supo la razón. Él mismo fue quien se apartó del cargo ante el alud de críticas que le llovieron debido a su decisión de casarse en la ciudad histórica de Antigua Guatemala.

En un escueto mensaje que publicó en su cuenta personal de Twitter, Nieto Castillo aseveró que la renuncia la realizaba antes de que las críticas a su evento personal afectaran al proyecto encabezado por López Obrador, a quien manifestó su lealtad incondicional y de quien siempre se ha mostrado cercano. Sin embargo, la lealtad en este caso parece no ser suficiente.

Desde el inicio, la boda de Santiago Nieto fue un asunto polémico. Sin embargo, fue el sábado pasado cuando un evento personal del denominado Zar Anticorrupción se salió completamente de control, cuando autoridades guatemaltecas encontraron más de 35 mil dólares en efectivo en un avión donde viajaban invitados a la boda, entre ellos, la exsecretaria de turismo de la capital, Paola Félix.

Al final, resultó que el dinero pertenecía a Juan Francisco Healy Ortiz, director de El Universal, quien supuestamente lo utilizaría para pagar consultas médicas en los Estados Unidos. Si esto es verdad, el hecho no podría haber ocurrido en lugar más inoportuno. En el imaginario popular, llevar esa cantidad de dinero a una boda en la que estarán algunos de los personajes más relevantes de la política nacional es, como mínimo, sospechoso.

Las sospechas se incrementan cuando se cae en la cuenta de que en manos del novio descansa el destino de decenas de personas acusadas de participar en actos de corrupción, entre ellas exfuncionarios federales.

No hay que olvidar que Santiago Nieto encabezó la cacería de varios pesos pasados involucrados en casos como la trama Odebrecht, por la cual se está procesando al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin y por la cual se busca procesar al excandidato presidencial Ricardo Anaya Cortés, gran rival del presidente de la República.

El asunto es que hasta el día de hoy, la labor de Nieto en la UIF había sido intachable y su reputación como un funcionario eficiente le acompañaba a donde se moviera. Sin embargo, en los altos vuelos de la política, un paso en falso puede suponer la ruina personal.

Si el escándalo que terminó con su carrera en la 4T fue una trampa o un mero descuido por el que ahora paga las consecuencias, el hecho es que la salida de Nieto le pasará una considerable factura a la administración federal. En ese sentido, el mensaje que dejó Nieto Castillo en Twitter es de lo más oportuno, aunque gran parte del daño es irremediable.

Hasta el día de hoy, la oposición a Andrés Manuel López Obrador se había mostrado débil e incapaz de constituir un proyecto con el potencial de desbancar a Morena. Sin embargo, los hechos del fin de semana les han puesto todo en bandeja de plata. No hay que olvidar que el gabinete federal actual es uno de los que más rotaciones han presentado en los últimos sexenios.

Los funcionarios más verdaderamente incondicionales y eficientes de la 4T ya no están. El presidente va quedándose solo y ni el martirio de sus fieles seguidores podrá salvarlo de la debacle política que parece estar acechando el Palacio Nacional.


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