¿Los trenes de pasajeros tienen futuro en México?
En Querétaro y en todo México la historia del Tren de Alta Velocidad podría ser considerada como un “Waterloo” para los políticos
La historia de los ferrocarriles en México es, hasta cierto punto, desafortunada. Desde que en 1997 el tren de pasajeros México-Veracruz hizo su último recorrido a la fecha, se han realizado al menos 10 intentos –casi todos fallidos- por reactivar la industria que se privatizó en el sexenio de Ernesto Zedillo para no volver a ser ni la sombra de lo que fue la industria del ferrocarril, ese medio de transporte insigne de la Revolución Mexicana.
Su mejor año, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, fue 1983 en que se transportó a más de 25 millones de pasajeros. En 1999, el año de la privatización, alcanzó los 800 mil pasajeros.
Los únicos trenes de pasajeros en las dos décadas recientes fueron el tren turístico “El Chepe” que atraviesa la sierra; el tequila Express, que lleva turistas de Guadalajara a las fábricas de tequila y las historias de “La Bestia”, un tren de carga que anualmente transporta, ilegalmente, a decenas de miles de centroamericanos que intentan cruzar México para llegar a Estados Unidos.
En Querétaro hay un tren meramente de carga que ha sido víctima de robos cada vez más escandalosos –el hurto de poco más de 90 motocicletas- motivo que ha propiciado anuncios como el de la construcción de una base mixta de operaciones en la comunidad de Santa María Magdalena para palear el delito.
El intento por dar nueva vida a la industria ferroviaria tiene su historia. Ignacio Loyola Vera, ya como exgobernador de Querétaro, fue invitado por Vicente Fox a echar a andar el proyecto que no tuvo final feliz. La razón tuvo que ver también con factores económicos: los índices de pobreza del país se habían acentuado y viendo los altos costos que representaban para la administración federal, la obra fue cancelada en 2004.
Diez años más tarde, el afán de tener el primer tren de alta velocidad en Latinoamérica se descarriló por factores que también incluyen los económicos: la sospecha de una licitación favorable a contratistas del gobierno federal que fue desvelada por una investigación periodística y, la gota que derramó el vaso, la caída de los precios del petróleo en una economía dependiente de la industria de los hidrocarburos.
Ni siquiera la experiencia de otros países en torno a los trenes de alta velocidad frenó las aspiraciones gubernamentales por reactivar la industria ferrocarrilera. A nivel internacional, el subsidio al tren es el más alto en el sector del transporte.
Estados Unidos, la primera economía del mundo y en el lugar número 8 infraestructura de trenes de alta velocidad, dejó de construir este medio de transporte al considerarlo caro.
El caso de España es otra muestra. “La inversión en líneas de alta velocidad ha supuesto una ingente movilización de recursos públicos. El coste total supera los 40 mil millones de euros y los gastos de mantenimiento anual están por encima de los 400 millones de euros, cifras mareantes y más teniendo en cuenta que el AVE apenas representa el 1 por ciento de la movilidad de pasajeros de España”, asegura Xavier Fageda, profesor de política económica de la Universidad de Barcelona en el texto titulado “El despilfarro del AVE”.
Ante ello, añade Fageda, “no es difícil encontrar otros usos del dinero público con mayor utilidad social, incluso en el propio modo ferroviario“.
Portugal también desistió en su intención de construir un tren rápido de Lisboa a Madrid.
Planes descarrilados
Tren de Alta Velocidad México-Querétaro. Un recorte presupuestal de 124 mil 300 millones de pesos anunciado por el gobierno federal tiene el proyecto en el estatus de “suspensión indefinida”.
El Tren Transpeninsular buscaba detonar la movilización de pasajeros entre Yucatán y Quintana Roo. El gobierno federal anunció su cancelación definitiva ante la baja en los precios del petróleo.
Tren suburbano Buenavista-Cuautitlán: construido hace más de una década no ha alcanzado la utilidad planeada. El gobierno estimó el transporte de 460 mil pasajeros diarios, la empresa preveía una demanda de 280 mil, pero hoy sólo se logra un promedio de 150 mil, 46.5 por ciento menos que el flujo previsto.
Programas prioritarios para el gobierno federal del Plan Nacional de Infraestructura:
El Tren Interurbano México-Toluca Primera Etapa, con un monto de inversión de 38,608 millones de pesos para descongestionar la carretera México-Toluca.
Ampliación del Sistema del Tren Eléctrico Urbano en la zona Metropolitana de Guadalajara. El monto de inversión para este proyecto es de 17,693 millones de pesos.
Un sistema de Transporte Masivo en el Oriente del Estado de México, consistente en ampliar la línea A del Sistema de Transporte colectivo, con una inversión de 11 mil millones de pesos.
Ampliación del metro en Monterrey, con la construcción de la línea 3 y el proyecto para la línea 4. La inversión es de 5,693 millones de pesos.
Modernizar el transporte público urbano de la región Lagunera. Consiste en la construcción de un corredor de 32 km con 32 estaciones intermedias y dos terminales, más un centro de transferencia modal. Esto se llevará a cabo entre 2015 y 2016 con una inversión de 2,248 millones de pesos.
México ocupa la posición 65 de 144 dentro del ranking en materia de infraestructura ferroviaria.
En Querétaro y en todo México la historia del Tren de Alta Velocidad podría ser considerada como un “Waterloo” para los políticos.