Deudas, preocupación y estrés: la eterna lucha de los mexicanos
De acuerdo con datos del Inegi, 1 de cada 2 (50.8%) personas presentan un nivel de bienestar financiero medio bajo o bajo, lo que implica que el 45.9% de la población casi nunca o nunca le sobra dinero al final de la quincena
En nuestro país, vivir sin preocupaciones financieras es un lujo al que no pueden acceder todos. De acuerdo con datos del Inegi, 1 de cada 2 (50.8%) personas presentan un nivel de bienestar financiero medio bajo o bajo, lo que implica que el 45.9% de la población casi nunca o nunca le sobra dinero al final de la quincena.
Desde hace algún tiempo, en redes sociales se ha desatado un debate en torno a la capacidad adquisitiva de los más jóvenes, en el que se pone en perspectiva las causas de esta problemática. Si bien es cierto que las nuevas generaciones tienen más complicado adquirir una vivienda, debido a los altos costos de comprar o construir un inmueble, también hay un señalamiento de que el tren de vida actual vuelve imposible ahorrar lo suficiente para acceder a una casa.
Es decir, en redes se acusa que los más jóvenes tienden a gastar en cosas intrascendentes, como el café de Starbucks, los viajes o celulares, antes de ponderar la adquisición de bienes materiales más trascendentes. Pero en términos generales, no solo los más jóvenes, enfrentan un escenario desafiante en ese sentido.
En 2023, solo el 52% de la población de 18 años o más tenía algún tipo de ahorro, pero de estos, el 57.3% apenas contaba con un monto equivalente hasta una quincena de sus ingresos. 10.3% contaba con ahorros superiores a tres meses.
Para sufragar sus gastos, las personas generalmente recurren a la adquisición de deuda, el Inegi señala que 1 de cada 3 personas (36.2%) tiene algún tipo de deuda, las cuales, generalmente, vienen acompañadas de algunas desventajas. Y es que la tranquilidad de las personas suele verse perturbada cuando las finanzas no están tan sanas.
De acuerdo con los datos del instituto, el 38% de la población se siente mucha preocupación al pedir un préstamo, mientras que el 45.4% se preocupa mucho por los gastos imprevistos, y el 48.4% por la acumulación de deudas.
Esta preocupación va asociada al estrés financiero, donde el 36.9% aseguró tener un nivel alto de estrés, lo que, de hecho, genera afectaciones de salud.
De las personas que señalaron tener estrés financiero, 1 de cada 3 (34.9%) señala tener una afectación física: dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales o cambios en la presión arterial; el 30.7%, por otra parte, tuvo un impacto psicológico, como problemas de sueño o alimentación.
Más allá de los memes en redes sociales, lo cierto es que es cada vez más necesario la educación financiera en la formación de los ciudadanos, pues una mala administración de los ingresos tiene efectos negativos entre la población, y la contratación de deuda solo debe ser en casos excepcionales.
Atender esto, permitirá sociedades más saludables, tanto física como emocionalmente, porque, a más de alguno, una deuda nos ha quitado el sueño en algún momento.