Bitcoin, ¿el negocio del futuro? – Parte 2
El bitcoin es volátil. Quedó claro al vivir su primer “viernes negro” este 22 de diciembre. ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades frente a las monedas tradicionales? ¿Te conviene invertir en bitcoin? Aquí algunas ideas que aclararán tus dudas
La principal vulnerabilidad del bitcoin es su volatilidad. Esto no podría quedar más claro al ver la caída de hasta un 40 por ciento en su valor cuando los mercados abrieron en los Estados Unidos este 22 de diciembre. El primer “viernes negro” de la criptomoneda más famosa, llevó su precio por debajo de los 12 mil dólares por unidad cuando apenas el domingo pasado llegó a su máximo histórico, unos 19 mil 500 dólares por unidad. Esto se veía venir.
El funcionamiento mismo del bitcoin, y fuente de sus mayores bondades, también es origen de sus puntos más flacos. La descentralización de esta criptomoneda no permite al mercado tomar medidas de autoregulación, como lo hacen los bancos centrales que disponen las reglas de todas las monedas en el mundo, para estabilizar la economía. Las monedas tradicionales, al menos las fuertes como el dólar, poseen una serie de mecanismos que aseguran su funcionamiento balanceado, como el respaldo en reservas internacionales o las leyes que obligan a los bancos a mantener un mínimo de flujo de efectivo que garantice el dinero de sus cuentahabientes.
En el caso del bitcoin, no existen ninguno de estos instrumentos. Todo se basa en la confianza y la aceptación, que en otras palabras podríamos llamarlo especulación. En los últimos días la especulación llevó el valor del bitcoin a límites insospechados con la misma rapidez con la que se desinfló al primer síntoma de problemas.
La plataforma Coinbase, la mayor referencia en el mundo del bitcoin, asegura que la caída de su valor se debe a que en las últimas horas se han experimentado problemas en las transacciones, pues por la enorme demanda no ha sido posible completarlas en un tiempo normal y se anunciaron retrasos de hasta cinco días hábiles. No hay al momento suficientes mineros para procesar la avalancha de transacciones que ha surgido a partir de la popularización de la criptomoneda en las últimas semanas.
Esto ya comenzaba a ser un problema para bitcoin desde antes de su explosión. El 1 de agosto pasado nació la bitcoin cash, una criptomoneda surgida del original bitcoin pero con un protocolo un tanto distinto. Un grupo de desarrolladores consideró que el protocolo bitcoin estaba quedando obsoleto por lo tardado que es validar sus transacciones, que crecen de manera exponencial conforme esta se hace más popular. Por seguridad, bitcoin solo permite a los mineros recibir 1 megabyte de información cada 10 minutos. Los impulsores de bitcoin cash consideraron que lo mejor era incrementar ese límite a 8 megabytes, y al no haber consenso en la comunidad, estos se separaron.
Bien, pues un par de días antes de la caída de bitcoin, el bitcoin cash duplicó su valor de alrededor de 2 mil dólares a 4 mil dólares. El mercado de las criptomonedas ya auguraba que caería el bitcoin y por ello decidió invertir en bitcoin cash, que resuelve el problema de la lentitud en las transacciones. Su vertiginoso ascenso duró apenas unas horas pues la plataforma Coinbase cerró momentáneamente sus operaciones de bitcoin cash ante acusaciones de corrupción contra sus empleados, pues estos habrían usado información privilegiada para hacer operaciones con bitcoin cash a sabiendas de que la caída en el valor de bitcoin era cuestión de horas y habrían muchos inversionistas dispuestos a refugiarse en la nueva criptomoneda. El cierre del mercado en Coinbase provocó que su valor regresara a los 2 mil dólares, pero aún así representa un aumento de alrededor del 100 por ciento sobre el valor que se manejaba en el mes de noviembre.
Estos son algunos ejemplos de la volatilidad de las criptomonedas, y específicamente el bitcoin. El bitcoin es actualmente utilizado, principalmente, como un instrumento de inversión, pues por más que vaya en ascenso, hay poca aceptación “en el mundo real” y apenas son un puñado de productos y servicios los que se pueden adquirir con ella. A diferencia de otros instrumentos de inversión, el retorno que otorga la criptomoneda se basa solo en su valor en sí mismo. No hay dividendos, como en las acciones, o renta, como en el sector inmobiliario. Si el valor se cae, tu retorno se cae.
Y aunque su concepto es horizontal y democrático, no se tiene la misma influencia en el mercado si tienes un bitcoin a si tienes un millón. Los grandes tenedores de bitcoin, conocidos como early adopters (los que invirtieron en la criptomoneda cuando su valor era ínfimo), tienen la voz de mando. Si venden grandes cantidades de bitcoin, generan incertidumbre e inundan el mercado, lo que evidentemente implica caídas en el valor general. Y al no haber mecanismos para controlar sus decisiones, los demás usuarios están a merced de su voluntad.
Sin embargo, conforme se normalice la situación del bitcoin, su volatilidad irá a la baja. No solo se requieren adoptantes en plan de inversión, si no agentes económicos dispuestos a recibir bitcoins a cambio de productos y servicios. Conforme ese proceso se normalice, la criptomoneda se estabilizará.
El secreto está en entender que ninguna moneda y ninguna inversión está libre de riesgos. La regla de oro es que entre más riesgo existe, mayor es el margen de ganancia, y viceversa. Si es segura, ganarás, pero no ganarás mucho o tardarás en ver los resultados. Invertir de manera tradicional no implica que estés libre de problemas. La historia está llena de burbujas económicas y caídas estrepitosas de los mercados que han llevado a muchos a la bancarrota. Lo que sí es un hecho es que el volado es más peligroso si lo haces con criptomonedas.
¿Vale la pena invertir en bitcoin? ¡Por supuesto! Pero con cuidado. La caída de su valor en este “viernes negro” es un buen momento si quieres comprar, porque la estimación es que vaya para arriba de nuevo, aunque de manera menos agresiva. Quienes compraron a principios de año siguen teniendo una inversión que multiplica por 12 su inversión, a pesar de su reciente caída.
Simplemente ten en cuenta que es un riesgo, y muy alto. Lo ideal sería no invertir dinero que no tienes o que necesitas para cuestiones más elementales. Si te arriesgas en bitcoin, lo mejor es que lo hagas con “lo que te sobre”.
Tener bitcoins, a pesar de la volatilidad, es una decisión inteligente. Se convertirá en poco tiempo en el principal refugio a los vaivenes del dólar cuando, como es naturalmente cíclico, el mercado tradicional vuelva a mostrar signos de debilidad y descomposición.
En la tercera entrega, analizaremos las criptomonedas desde la perspectiva de la seguridad, y la posibilidad de que estas sean usadas para realizar transacciones de naturaleza ilícita.