Acuerdo comercial México-Estados Unidos, ¿debemos echar las campanas al vuelo?

Aunque pareciera que el anuncio de un acuerdo comercial entre México y Estados Unidos, anunciado el martes pasado por Donald Trump es una excelente noticia, la realidad apunta a que este pacto debe ser tomado con cautela y, hasta cierto punto, con recelo, por una serie de hechos que no deben ser pasados por alto.

El primero es que Donald Trump no tiene el respaldo legal para negociar ningún tipo de acuerdo que no sea el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y que este ‘nuevo’ tratado deberá ser avalado por el Congreso estadounidense.

Tampoco se puede ignorar el contexto en que se anuncia este nuevo pacto: el momento más álgido de la administración de Trump, en la que se ha manejado la posibilidad de que exista un juicio político en su contra después de que Michael Cohen, su exabogado personal, fuera acusado de violar las leyes de financiamiento de campaña.

Además, en la mayor parte de su gobierno ha pesado la sombra de la conexión rusa, que hipotéticamente le habría permitido hacerse de la victoria en las pasadas elecciones. Esta situación, sin duda, pone en un predicamento a la imagen de Trump, de cara a los comicios intermedios de Estados Unidos, y la posibilidad de refrendar la presidencia. Por lo que el anuncio de un acuerdo comercial con México luce más como una estrategia de apaciguamiento, luego de que diversas voces del sector industrial y agrícola estadounidense mostraran su inconformidad ante la posible cancelación del TLCAN.

Aunado a esto, la decisión de no esperar un entendimiento con Canadá y excluirlo de este acuerdo, implicaría una forma de presión para que la nación canadiense acceda o acepte las condiciones de Estados Unidos ante la posibilidad de quedar fuera del nuevo pacto, situación que no se percibe como posible por la relevancia de este país para el comercio de las otras dos naciones.

Es muy probable que lo acordado por Estados Unidos y México sufra modificaciones en el correr de las semanas y que, en algún momento, sea descartado para sentar, de nueva cuenta, a las tres naciones en una negociación definitiva. Sin embargo, esta situación solo se conocerá con el tiempo, así que aún es muy pronto para echar las campanas al vuelo.