Los Ruidos del Poder, cuarta entrega. Garrido en la Alcaldía
Ya en la responsabilidad como alcalde de Querétaro, Francisco Garrido Patrón llegó con los guantes puestos. Extracto del libro “Los Ruidos del Poder” de Andrés González
Ya en la responsabilidad como alcalde de Querétaro, Francisco Garrido Patrón llegó con los guantes puestos, de la misma manera como después lo haría cuando recién entraba como gobernador.
Junto con su secretario de desarrollo urbano y obras públicas municipales, el Arq. José Luis Covarrubias, le pusieron el ojo a una obra de la administración municipal anterior: El Estacionamiento Plaza Constitución… Pero Covarrubias –por insistencia de Garrido- buscaba demoler el estacionamiento…
…al iniciar la nueva administración, según cita Rodríguez en su libro, la obra dejo de tener la continuidad con la que hasta entonces había marchado y empezaron a “aparecer problemas”. El asunto en los medios estaba en todo su apogeo.
La obra, al fin fue concluida el 18 de mayo de 1998, pero extrañamente el Ayuntamiento 1997-2000 se negaba a otorgar la autorización para su apertura aduciendo que “la obra era insegura” sin más dichos ni pruebas que lo sustentaran.
En tanto, el asunto seguía ventilándose en medios y como no se tenían argumentos a su favor, finalmente esta discutidísima obra se puso en operación el 10 de diciembre de ese 1998, siete meses después de haberse concluido… ocasionando por ese retraso, un detrimento al erario público municipal, del orden de los 49 millones de pesos…
Por esa situación el 29 de septiembre del año 2000 se interpuso una demanda de juicio político ante la Oficialía de partes de la H. LIII Legislatura del Estado, en contra de Francisco Garrido Patrón, pero igualmente en contra de los síndicos Manuel González Valle y Jesús Arredondo Velásquez por “omisión irresponsable” y no ejercer acción alguna por el citado retraso contra terceros, citados en esa solicitud.
…hasta la fecha , el estacionamiento Plaza Constitución sigue prestando excelente servicio a la ciudadanía que lo usa… Por lo demás si bien Francisco Garrido Patrón demostró ferocidad con obras no realizadas por él, no demostró habilidad para el manejo difícil de los grupos sociales… se vivió con intensidad, con tirantez, lo del 5 de febrero del 98. Los gritos se centraban en un reclamo constante hacia el alcalde.