La paradoja de la desocupación
Un mercado laboral saludable atrae la llegada de personas. Y aunque se genere un número determinado de nuevas plazas, estas nunca serán suficientes si el crecimiento poblacional tiene una tasa mayor a la oferta de trabajo
Una de las caras complementarias del empleo es la desocupación, esa estadística poco amable que pocas veces es presumida por los funcionarios y que queda relegada bajo el brillo de los nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, si se le presta atención, puede revelar mucho sobre la dinámica de generación de empleos en una entidad, pues muchas veces, su aumento o disminución puede atender a factores distintos a la falta de generación de puestos de trabajo.
Y es que, si lo ponemos de esta manera, la generación de empleos está supeditada a la cantidad de población que existe en una demarcación determinada, en este caso, un estado. Si lo hacemos más específico, podemos hablar del caso de Querétaro, que mantienen unas de las dinámicas más positivas en lo que a generación de puestos de trabajo se refiere.
Sin embargo, a veces esto no alcanza, pues un mercado laboral saludable atrae la llegada de personas. Y aunque se genere un número determinado de nuevas plazas, estas nunca serán suficientes si el crecimiento poblacional tiene una tasa mayor a la oferta de trabajo.
Sobre este aspecto, es conveniente revisar las últimas cifras de desocupación en la entidad. Durante el segundo trimestre del 2024, la entidad registró una Población Económicamente Activa (PEA) de 1 millón 189 mil 166 personas, un número superior al millón 144 mil 455 personas que se registró en el mismo periodo de 2023.
Cabe recordar que la PEA contempla a la población ocupada (aquellos que tienen un trabajo) y desocupada (los que no tienen trabajo, pero están en búsqueda activa de uno). La cifra muestra un aumento de 44 mil 711 personas que se sumaron a este sector en un año.
Y aquí vienen los datos interesantes, la población ocupada en el primer trimestre del 2024 fue de un millón 156 mil 480 personas, es decir, un número superior a la PEA del segundo trimestre del 2023 (1,144,455). Si, hipotéticamente (y utópicamente) la PEA se hubiera mantenido sin cambios en 2024, se habría terminado con la desocupación en Querétaro. Aunque claro, como sabemos, esto no pasa en la realidad.
Y es que no solo cada año llegan nuevas personas a buscar trabajo en la entidad, sino que, además, una parte de los jóvenes que cumplen la edad necesaria, también se suman a la búsqueda de empleo. Para ponerlo en números más sencillos, imaginemos que en Querétaro en 2023 había 120 personas de la PEA, de estos 116 estaban ocupados y 4 desocupados, en esta posibilidad utópica solo sería necesario crear 4 empleos para terminar con la desocupación. Así que en 2024 se crean esos 4 empleos y 4 más, pero resulta que la PEA aumentó, y ya no son los 120 del 2023, sino que ahora son 140. Entonces ahora hay un déficit de 16 puestos de trabajo.
Es pues, una carrera infinita del perro persiguiendo a su cola. Entonces, cuando se habla de desocupación, muchas veces se piensa que las administraciones locales no están cumpliendo con lo necesario a la hora de generar opciones laborales para los ciudadanos, sin embargo, esto no es del todo cierto, pues hay muchísimos factores en juego. Aquí, por ejemplo, no se contemplaron cifras de la población no económicamente activa disponible. Es decir, aquellos que no trabajan, que no están buscando un empleo, pero que si les ofrecieran un puesto, lo tomarían.
Ellos también son potenciales buscadores y los que en un momento determinado, si cambian de parecer, pueden inclinar la balanza hacia un mayor déficit de plazas laborales. Por lo anterior, cuando se habla de ocupación y empleo, siempre es bueno observar más allá de las cifras, para así comprender, de mejor manera, lo que ocurre en un entorno económico determinado.