Los debates no definen triunfos ni derrotas
Los debates no definen triunfos ni derrotas. La esperanza para tener un México mejor, ya cambió de manos. El 2 de junio se define quién ganó y quién perdió
Faltan 35 días para la fecha de los triunfos y derrotas en las urnas. Día de las elecciones, domingo 2 de junio.
En el segundo “debate” de las aspirantes a encabezar la Presidencia de la República, se vio mucho mejor a la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez Ruíz, mostró mayor temple y seguridad en sus respuestas. Aunque inició con dudas, los nervios la traicionaron y la conductora tuvo corregirla al no dar bien la introducción al “debate”.
La señora “corcholata”, repitió su mismo rosario, no cambio su plan. Se hizo bolas la oficialista ¿Se preguntará el por qué la afirmación? Simple. No sabe si dedicarse a defender a su mentor, el presidente o defenderse de las acusaciones o presentar sus propuestas. En eso radica la confusión y, para mí, como observador y analista, la candidata perdió oportunidades.
Los llamados “posdebates” en los medios de comunicación, arrojaron opiniones diversas; en pro y en contra de las aspirantes. En unos participaron conocidos “analistas” de los medios y en otros simpatizantes de las 2 aspirantes; como fue el caso de Roberto Gil Zuarth y Arturo Zaldívar Lelo; éste, literalmente se quedó lelo en la confrontación con Gil. No es lo mismo ser payaso que director de circo.
Falta un mes de campañas y en ese tiempo todo puede suceder. El presidente López continúa acumulando sanciones del INE por su descarada participación en favor de su candidata; y se burla. La cargada oficialista del gobierno no le ha servido de mucho a la señora “corcholata”. Ni a empujones levanta. Aunque sus simpatizantes y encuestas pagadas afirmen que lleva muchos puntos de ventaja. Esa apreciación de simpatía no se demostró en el “debate”. La preocupación del gobierno aumenta con el paso de los días.
La oficialista no se cansa de repetir su “segundo piso” de la transformación, aunque todos saben que suelen derrumbarse las cosas por la irresponsabilidad manifiesta de la aspirante, como la Línea 12 del Metro o el Colegio Rébsamen, con consecuencias catastróficas enmarcadas en muertes.
Por cierto, Morena echó andar a varios familiares de los muertos en el Metro para que denuncien a la oposición por el uso político de los muertos; los responsables evaden su responsabilidad y echan culpas. Van por la supuesta reparación de daño, lucrar, cuando en realidad quienes lucraron con la que fue una evitable tragedia, fueron los responsables de la misma por no dar mantenimiento a esa obra. El dictamen profesional afirmó lo contrario, mismo que fue ocultado por las autoridades del gobierno morenista encabezado por la hoy candidata. Carlos Slim amortiguó el golpe pagando millones de pesos por los “vicios ocultos”. Ni eso cubrió el gobierno de la “corcholata”.
Doña “corcholata” se revuelca defendiendo las fallas y corruptelas del gobierno de la 4T, sin lograr acreditarlo. En eso centra su campaña. No ha podido probar que se puede vivir bien sin trabajar. Ahora afirma que sacaron de contexto su declaración. En el programa de Joaquín López-Doriga, cambió su perorata, su retórica fue diferente.
Hoy afirma lo contrario. De ahí que haya bajado la confianza en sus dichos y propuestas. Se sacó de “contexto”, así de simple lo justifica.
Terminó por aceptar que sí se debe trabajar, que su mamá y ella han trabajado toda la vida. Volvió a la realidad y se alejó la ficción política a la que acostumbra acudir frecuentemente.
Para la “corcholata” todo va bien en el gobierno que la parió. Incluso defiende al IMSS-Bienestar -olvidó el Insabi-, institución que nadie sabe qué diablos es y cómo funciona. Simplemente cargaron el peso de la responsabilidad de la universalidad en la prestación de los servicios de salud al IMSS, quien no puede ni con los asegurados, menos con los 50 millones de nacionales que carecen de servicios de salud. Todo es ficción política.
En cambio, la aspirante de la oposición, Xóchitl Gálvez tiene el camino libre con todas sus propuestas de cambio una vez que gane la Presidencia de la República. Afirma: lo que no funciona se elimina; lo bueno se queda y lo regular se corrige. Así de importante y simple. Además de múltiples y nuevas propuestas.
Gálvez critica y con sobrada razón todo lo que ha funcionado mal y muy mal. Pruebas hay de sobra para ello. Además de la rampante corrupción. Ante la pesada e inocultable realidad, calla la “corcholata” o con su retórica de mentiras retuerce los hechos; no tiene manera de justificar lo indefendible.
Todo indica que Tesla se va ¿Razones? No brindan seguridad pública ni seguridad jurídica los gobiernos estatal y federal. Tema prioritario que no preocupa a la candidata del presidente. E insiste que continuará con la misma política. Mientras que Xóchitl pretende dar un giro de 180 grados en esa materia. El Ejército a su quehacer constitucional.
La verdad, la vida y la libertad, principios que enarbola Xóchitl Gálvez; apotegmas que desprecia la “corcholata”.
Los debates no definen triunfos ni derrotas. La esperanza para tener un México mejor, ya cambió de manos. El 2 de junio se define quién ganó y quién perdió. Xóchitl Gálvez necesita un Congreso que respalde sus propuestas. También va por el voto en cascada.
Héctor Parra Rodríguez