Obispo de Querétaro pide a la Virgen de Guadalupe paz para los mexicanos
La morada de misericordia de la Virgen María es lo que necesitan los mexicanos ante lo que calificó como “tiempos de inseguridad y violencia que vive la patria”, esto en el marco por el 492 aniversario de la aparición de la Virgen María en el Tepeyac
Mons. Fidencio López, obispo de Querétaro, llamó a los feligreses a ver en la mirada de Santa María, Virgen de Guadalupe, el amor y la misericordia necesarios para hacer frente a los “tiempos difíciles de inseguridad” que vive “la patria”, en el marco de las celebraciones por el 492 aniversario de la aparición de la Virgen en el Tepeyac.
Desde el Templo de la Congregación, el Obispo de Querétaro recordó que la Guadalupana es la patrona de los mexicanos y que su aparición a Juan Diego en el Valle del Anáhuac significó la transmisión “a la sangre de los mexicanos” de los valores de la “luz y alegría” que ella transmitió a su hijo, Jesús de Nazaret.
“Hermanas y hermanos, no tengamos miedo de mirar y de dejarnos mirar. Salgamos a mirar a nuestros hermanos con esa mirada de la virgen que nos hermana, así iremos tejiendo nuestros corazones con nuestros corazones, y con nuestra mirada. La cultura del encuentro que tanto necesitamos y que tanto necesita nuestra patria, en estos tiempos, de tanta inseguridad y violencia no dejemos que nada interponga, interponga la mirada de la Virgen”, expresó el religioso frente a centenas de feligreses.
Como recordó Mons. Fidencio López, la “Morenita del Tepeyac” se convirtió en la patrona de México y de América Latina tras aparecerse en el Tepeyac y pedir que construyeran la hoy Basílica de Guadalupe a través de Juan Diego, quien recibió el lienzo con la imagen de la Virgen de Guadalupe de sus propias manos para que los sacerdotes católicos creyeran en su palabra.
“María es la madre de la Luz de la Alegria y se la mirada limpia y que desde entonces para el mexicano ser Guadalupano es algo esencial. Gracias querida madre y reina de la alegría. Gracias querida madre de Guadalupe. La Alegria se hizo carne en Jesús de Nazaret y la luz y la Alegria. Pasaron a hacer parte de la genética de los mexicanos y parte de nuestra identidad de católicos”, explicó.
La historia señala que Juan Diego, pidiendo por la recuperación de su tío enfermo, vivió tres apariciones de la Virgen quien le pidió convencer a Fray Juan de Zumárraga para que construyera su templo. Fue hasta la cuarta ocasión que se concedió el milagro de la cura de su tío y subió el cerro del Tepeyac donde se le apareció la Virgen en su “ayate”.
Esta prenda se encuentra hoy en la Nueva Basílica de Guadalupe y es la imagen principal que adoran los peregrinos que viajan de todo el país este diciembre para mostrar su devoción. En el resto del país, la Virgen es celebrada en los templos dedicados a ella con fiestas y la tradicional venta de champurrado, tamales, buñuelos y ponche, así como con peregrinaciones y lanzamiento de pirotecnia.