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El humor nos ayuda a vivir en sociedad y podemos entrenarlo

Por Staff Códice Informativo - 28/04/2023

Profesorado de la UOC analiza por qué el humor puede ser recibido de manera tan diferente en función de las personas y cómo nos ayuda a establecer vínculos esenciales con nuestro entorno

 El humor nos ayuda a vivir en sociedad y podemos entrenarlo

Diego Redolar Ripoll, neurocientífico e investigador del Cognitive NeuroLab de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) asegura que según la neurociencia si el humor causa respuestas tan distintas, es porque activa en el cerebro una respuesta más compleja que una pura emoción.

Esto sucede como una respuesta regulada por la corteza cerebral, que los humanos tenemos especialmente desarrollada, y que nos permite dar nuevos significados a las experiencias que vivimos.

Incluso el investigador dice que si los humanos, y también otros primates como los bonobos, hemos incorporado el humor a lo largo de nuestra historia evolutiva, es porque nos ayuda a vivir en sociedad: favorece que cooperemos y establezcamos vínculos de confianza. Este es su gran beneficio.

Por otra parte, Enric Soler Labajos, psicólogo relacional y tutor del grado de Psicología de la UOC, añade que el humor “consiste en señalar cosas absurdas, incongruencias, y provocar en los demás un estado emocional distendido, relajado, que ayuda mucho a conectar socialmente”.

Ambos expertos coinciden en que potenciar el humor es saludable tanto para los individuos como para los grupos. Y que puede entrenarse.

En esta investigación realizada para estudiar el efecto de las emociones en el cerebro, se menciona que el estar alegre, angustiarse, enfadarse, sorprenderse o tener miedo son emociones que responden a estímulos y que se activan en una parte muy primitiva del cerebro, la amígdala, sin embargo, cuando las emociones son la consecuencia de una broma, en el funcionamiento del cerebro toma protagonismo la corteza cerebral.

Ante esto, Diego Redolar dice que “El humor, más que una respuesta emocional, deberíamos definirlo como un proceso cognitivo”.

Cuando alguien te explica un problema, y tú le pones humor, esa persona puede recibirlo bien o no. Hay diferencias individuales porque hay personas que necesitan apartarse de las situaciones que les generan sufrimiento y el humor les va bien. En cambio, hay personas que necesitan tiempo para procesar, y el humor puede incrementar su percepción negativa. Y parece que la corteza cerebral prefrontal tiene mucho que ver en eso. Igualmente, influye el contexto sociocultural o la religión. Si tú tienes unas determinadas creencias, o una ideología política, o una determinada visión de la realidad, y el humor va en contra de las mismas, puedes percibirlo de manera negativa“, indica.

Por otra parte, Enric Soler Labajos asegura que el humor “Disminuye los niveles de cortisol y aumenta los de endorfinas, es decir, reduce la ansiedad. Además, sube los niveles de serotonina, así que mejora el estado de ánimo. Y también puede cambiar la percepción subjetiva del dolor y fortalece el sistema inmunitario”.

Menciona que cuando se genera humor, se liberan hormonas vinculadas con el establecimiento de vínculos, como la oxitocina: “Se sabía que esta hormona intervenía en las contracciones uterinas durante el parto y en la producción de prolactina cuando los bebés succionan el pezón de la madre, y ahora se ha demostrado que también se libera con el humor. Tanto quien hace la broma como quien la recibe agradablemente”, detalla Redolar.

El psicólogo relacional Enric Soler precisa los siguientes consejos para entrenar el sentido del humor:

– Acércate a personas que tengan un buen sentido del humor
– Consume cultura humorística
– Mírate al espejo y empieza por practicar el humor sobre ti mismo/a. Así aprenderás dónde están los límites: no te rías de los demás sobre aspectos de los que no te reirías de ti mismo.
– Aprende a tener distintas miradas de las mismas cosas
– Cultiva tu creatividad: esto permitirá que puedas encontrar asociaciones graciosas que otras personas no hayan encontrado antes
– Observa con atención las cosas graciosas de la vida cotidiana. En cualquier situación puede aparecer el material necesario para construir una visión divertida de una experiencia vivida
– Identifica aquellos aspectos que pueden dificultar que seas una persona con sentido del humor: ser demasiado estricto, tener demasiadas expectativas o ser poco flexible o poco empático.

Para finalizar, Redolar confirma que el entrenamiento funciona:
Cuando activas un circuito neuronal de manera continua, dicho circuito finalmente tiene una respuesta más automática. Hasta sabemos que, si tú pones una determinada cara de felicidad, contrayendo los músculos que normalmente se contraen en una situación de alegría, eso retroalimenta el circuito de procesamiento de la información emocional, generas más serotonina, hace que tengas una percepción más positiva de las cosas y puedes inducirte una emoción de alegría” concluye.


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