Explosión demográfica provoca crisis de agua

Situar a Querétaro dentro de sus características orográficas y climáticas, así como su comportamiento de densidad poblacional, es indispensable para reconocer los alcances de la problemática que vive en torno al agua. La explosión demográfica y la del auge inmobiliario tienen todo que ver para una crisis hídrica, en un estado cuya precipitación promedio anual es de 570 mm anuales.

El Acueducto II cuyo objetivo principal era el de la recuperación de la cuenca del Valle de Querétaro, ha demostrado ser insuficiente. A 10 años de su construcción, se torna necesario la edificación de otro acueducto, a pesar de que el primero tendría que haber otorgado certeza por 30 años.

Por si eso no fuera suficiente el actual Vocal Ejecutivo de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), Luis Vega Ricoy, declaró que la cuenca del Valle de Querétaro no se ha recuperado y que por ello se debe recurrir al Acueducto III, que extraerá 3 mil litros por segundo de la presa de Tzibanzá en Cadereyta de Montes.

De acuerdo con información del grupo ambientalista y científico, Bajo Tierra Museo del Agua, el proyecto del Acueducto II ha fallado pues desde su construcción, entre 2011 y 2021, se han perforado 135 nuevos pozos, algunos incluso en zonas de veda, de los cuales, el 90 por ciento pertenecen al sector privado. Al menos 22 de estos pozos son manejados por operadores particulares de agua y 30 se ubican alrededor de las zonas industriales.

A través de otra de sus publicaciones, el colectivo apunta las implicaciones que tienen las desarrolladoras inmobiliarias en la distribución del vital líquido. Actualmente, más de 32 desarrollos que se extienden sobre una superficie de 13 mil 462 hectáreas que cuentan con autorización para ser abastecidos por 17 operadoras privadas.

Esas mismas desarrolladoras controlan un estimado de 28 millones 186 mil 434 metros cúbicos anuales de agua, mientras que empresas inmobiliarias controlan directamente más de 36 millones 272 mil 442 m3 en el mismo periodo.

La situación se torna aun más crítica cuando la Comisión Estatal del Agua (CEA), reconoce que la demanda asociada al crecimiento demográfico y la expansión de la mancha urbana, llevará a la capital a requerimientos del vital líquido que rondarán los 7 mil litros por segundo para el 2050, a pesar de que el nuevo Acueducto III tiene una capacidad máxima de 6 mil l/s en una segunda etapa.

La extracción se hará a diario de un mismo cuerpo de agua superficial, en un municipio que constantemente demanda insuficiencia del recurso. Inclusive, el mismo presidente municipal, Miguel Martínez Domínguez, reconoció que al menos 7 mil personas pertenecientes a diversas comunidades de la demarcación, no tienen acceso a este servicio.

A pesar de que a nivel estadístico el uso del agua se destina principalmente a actividades agrícolas, la construcción de los dos acuíferos tienen como objetivo saciar la demanda de la ciudad. En ese sentido Vega Ricoy, aseveró que en efecto la zonas con mayor disponibilidad de agua son las que menor densidad poblacional tienen y es, en estos territorios, donde se tienen pensados programas de captación de agua.