“Paz imperfecta”, mecanismo que puede propiciar la paz en contextos de violencia, sostiene académica de la UAQ
La experta dijo que mediante su investigación realizada a mujeres en semi libertad en España, encontró que hay regulaciones pacíficas en entornos penitenciarios, que pueden propiciarse mediante la paz imperfecta.
La paz imperfecta es un mecanismo que puede propiciar la paz en contextos de violencia, refirió la doctora Maribel Rivera López, académica de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Durante la ponencia “La concepción de Paz Imperfecta y su pertinencia en contextos donde prevalece la violencia“, la académica explicó que, aunque la concepción de paz imperfecta es muy joven, ha permeado en las investigaciones sobre la paz.
“Este año cumple 20 años de que el científico Francisco A. Muñoz la hiciera nacer. Antes de la violencia hubo la paz y hay momentos de la historia en que la violencia se ha impuesto y por ello la investigación para la paz centró su atención para detenerla“, apuntó.
Dijo que ese intento por frenar la violencia creó más violencia, como los gobiernos dictatoriales, las armas, la pena de muerte o la bomba atómica, por lo que la paz imperfecta le apuesta a un giro epistemológico.
“En vez de enfocar los estudios, esfuerzos y acciones en erradicar la violencia, habría que concentra en los análisis la generación de conocimientos teóricos y acciones en construir paz”, enfatizó.
Explicó que la paz imperfecta porque se encuentra en espacios e instancias en las que se pueden detectar acciones que crean paz a pesar de contextos en los que existen conflictos y violencia.
“A pesar de convivir con la violencia genera esperanza porque al momento en que logramos poner la luz en aquella acciones que regulan los conflictos de manera pacífica logramos tener un poco de esperanza”, dijo.
Asimismo, detalló que mediante su investigación realizada a mujeres en semi libertad en España, encontró que hay regulaciones pacíficas en entornos penitenciarios, que pueden propiciarse mediante la paz imperfecta.
Su estudio lo realizó en centros penitenciarios de España, en donde se encuestaron a 350 mujeres y se hicieron 74 entrevistas de profundidad.
Lamentó que en México no haya una apertura por los centros penitenciarios para realizar estos diagnósticos y generar herramientas; sin embargo, dijo que en instituciones académicas se han relacionado otros esfuerzos.