Aislamiento en la vejez, factor de riesgo para la salud cerebral
“La oxigenación en el cerebro del anciano es clave, por lo que es importante, en la medida de lo posible, salir a respirar aire limpio, realizar ejercicio físico y alimentación adecuada, y especialmente mantener la interacción social con ellos”, destacó la especialista Herminia Pasantes
El aislamiento social y la soledad en la vejez pueden ser perjudiciales para su salud cerebral, indicó Herminia Pasantes Ordóñez, investigadora emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la conferencia magistral “Las edades del cerebro”.
“Para mejorar la calidad de vida en la vejez, la oxigenación en el cerebro del anciano es clave, por lo que es importante, en la medida de lo posible, salir a respirar aire limpio, realizar ejercicio físico y alimentación adecuada, y especialmente mantener la interacción social con ellos”, explicó.
La neurocientífica refirió que la edad adulta es la etapa de la vida donde el ser humano define cómo quiere vivir el resto de su existencia. Sin embargo, los problemas emocionales en esta fase pueden llevar a condiciones patológicas, como la ansiedad y la depresión.
Dijo que en la vejez, la etapa última del ser humano, se vive de manera diferente, por lo que en este proceso se manifiesta un deterioro de la memoria de corto plazo, mayor dificultad para resolver problemas, lenguaje menos fluido, vocabulario más pobre, menor concentración e iniciativa, así como ansiedad ante la toma de decisiones.
“En esta fase de vida se ensanchan los ventrículos cerebrales que están llenos de líquido y no de neuronas, hay menos conexiones neuronales. Los investigadores que estudian el cerebro envejecido confirman que no mueren las neuronas, sino las conexiones entre éstas, sobre todo en el lóbulo frontal donde se aloja lo relacionado con el pensamiento y la memoria”, detalló Pasantes Ordóñez.
La investigadora de la UNAM indicó que cada individuo tiene cerebro distinto, aunque haya nacido de los mismos padres y crecido en el mismo ambiente.
“Este órgano recibirá estímulos diferentes, de hecho se puede hablar de una especie de “huella cerebral” y se ha observado que esta conectividad interneuronal define capacidades como la inteligencia, carácter, rasgos de personalidad, etcétera, es como un hardware personal. Es decir, así están establecidas las conexiones del cerebro al nacer”, concluyó.