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Académicos de la UAQ reflexionan sobre la cultura de la cancelación

Por Nadia Paola Bernal Benítez - 22/06/2021

La doctora Ester Bautista, académica de la facultad de Lenguas y Letras, indicó que la cultura de la cancelación radica en activar las redes sociales para rechazar de manera “abierta y tajante” actos que inciten a  la injusticia social, intolerancia, el odio y el resentimiento; recalcó que las redes sociales son una “hoguera” que funciona en la cultura de la cancelación por la rapidez en la que funcionan.

 Académicos de la UAQ reflexionan sobre la cultura de la cancelación
Académicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se reunieron en el conversatorio “La cultura de la cancelación: de la idolatría al escarnio”, organizado por el Centro de Estudios Críticos en Cultura Contemporánea (Cecriticc) en el marco del tercer foro la “Cátedra Michael Foucault: lenguajes de poder”.
La doctora Ester Bautista, académica de la facultad de Lenguas y Letras, indicó que la cultura de la cancelación radica en activar las redes sociales para rechazar de manera “abierta y tajante” actos que inciten a  la injusticia social, intolerancia, el odio y el resentimiento; recalcó que las redes sociales son una “hoguera” que funciona en la cultura de la cancelación por la rapidez en la que funcionan.
“Es decir, todo aquello que va a ir trascendiendo, todos estos principios universales de convivencia humana y es así como una definición bastante amplia que tiene también otras aristas, y hay que reflexionar si en esta cultura de la cancelación va a haber una voz que se va a silenciar porque a quien se cancela no tiene una réplica”, añadió.
Refirió que, por una parte, la cultura de la cancelación es una expresión  “responsable” de la sociedad de organización colectiva para hacer visible problemáticas sociales, tal como sucedió con movimientos como el MeToo. Sin embargo, subrayó, esta cultura de la cancelación va hacia el “escándalo, el amarillismo y los falsos contenidos”.
Por su parte, el doctor Alejandro Vázquez, académico de la facultad de Filosofía, expresó que la cultura de la cancelación no es nueva y llegó para quedarse, ya que quienes en algún momento han sido “vigilantes” también pueden ser “castigados”.
“Esta cultura no es nueva, y es interesante si la comenzamos a ver como una construcción histórica que nos refleja un espíritu del tiempo. Ubiquemos las distintas formas de cancelar en los distintos momentos de la historia, por ejemplo la religión con la gran inquisición o las dictaduras”, explicó.
Asoció a la cultura de la cancelación con la “teleparticipación”, concepto propuesto por el académico Ernesto García Canclini, con esa sensación de poder juzgar y establecer una moral que se va construyendo a partir de los dilemas que se consideran importantes en la sociedad.
“Lo que estamos reflexionado es cómo esta moral va encontrando a sus héroes y, al mismo tiempo, a sus villanos y le deja al público y a los usuarios la responsabilidad de establecer la censura y esta corrección política en donde establecemos una moral que necesitamos resquebrajar aquellos discursos hegemónicos”, puntualizó.
Para la doctora Betsabee Fortanell, docente de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales, es importante el papel que juega el periodismo en la cultura de la cancelación, pues dijo que las redes socio-digitales se han convertido en una fuente de información para los medios de comunicación.
“Nuestra labor diaria es tomar decisiones sobre la información, porque ya no solos somos periodistas, sino también estrategas de información. Todas las personas que trabajan en medios de comunicación digitales saben cual es el perfil de los lectores, cuáles son sus edades y qué temas les interesan”, opinó.
Reiteró que, a partir de ello, los contenidos periodísticos que se elaboran desde los medios de comunicación, se vuelven “armas de doble filo” para los protagonistas de las historias, con efectos negativos y positivos no buscados.
Finalmente, el doctor Ignacio Rodríguez, de la facultad de Lenguas y Letras, señaló que la “equivocación”, no debe implicar un linchamiento o un abuso que tenga consecuencias “tremendas por haber dicho algo sin pensarlo”.

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