×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




Un tal Julio [Cortázar].

Por Staff Códice Informativo - 12/02/2013

«Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma.» -Julio Cortázar, Un tal lucas.

 Un tal Julio [Cortázar].

Un día como hoy, pero de 1984 , murió el gran escritor argentino Julio Cortázar.

Lo que no muchos saben es que no era, en realidad, nacido en Argentina; sus padres lo eran. Él nació en Bélgica, el 26 de agosto de 1914.

No hay mucho más que decir sobre Cortázar que no digan sus características y espléndidas obras literarias. Fue, escritor como pocos, cuentista original, poeta, amante de la vida y romántico empedernido. Sin duda, alguien que se mantendrá vivo a través de los años en cada una de sus palabras impresas. Hoy, es una lectura obligada dentro de la literatura Latinoamericana.

Sus obras más representativas incluyen Rayuela, Bestiario e Historias de Cronopios y de Famas. También cuentos como La Autopista del Sur y Carta a una Señorita en París. Tiene un sinfín de obras literarias que lo colocan entre los autores más prestigiados y leídos en la historia de la literatura.

Vivió gran parte de su vida en París y además de ser un literato prolífico, hizo traducciones para la UNESCO. Al final de su vida, le concedieron por fin la nacionalidad francesa.

La versión oficial de su muerte dice que murió de Leucemia el 12 de febrero de 1984, en París. Sin embargo, hay una teoría, iniciada por la autora y amiga de Cortázar, Cristina Peri Rossi, que asegura que él murió de SIDA, contagiado en una transfusión de sangre que le hicieron en 1981.

Aquí recordamos al inolvidable Julio Cortázar, dándonos instrucciones para llorar su muerte:

«Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.» -Julio Cortázar, Instrucciones para Llorar.

Más literatura: Festival de Escritores.


Otras notas



De nuestra red editorial