UAQ trabaja en vacuna para COVID-19
El proyecto aún se encuentra en su etapa inicial y se espera que en dos o tres meses se realicen ensayos de inmunización en modelos experimentales, para evaluar la seguridad y respuesta inmunitaria de la misma
El Laboratorio de Inmunología y Vacunas de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrolla una investigación para generar una vacuna contra el COVID-19, misma que está basada en la proteína ‘S’ del virus SARS-CoV-2 que provoca esa enfermedad; por ahora, se encuentra en su fase inicial y podría avanzar a su etapa clínica en los próximos meses.
El objetivo de esta vacuna es generar inmunidad en las personas e impedir que el virus pueda unirse a su receptor en las células, evitando así, la enfermedad, según explicó Juan Joel Mosqueda Gualito, líder del Cuerpo Académico Consolidado “Salud Animal y Microbiología Ambiental” y responsable del Laboratorio de Inmunología y Vacunas.
“El reto que tenemos con este virus en particular es que el SARS-CoV-2 utiliza una proteína particular para unirse a las células de los humanos, entonces una estrategia es utilizar estas partes del virus como vacuna para que se generen -los anticuerpos en los humanos para que- cuando llegue el virus, se unan estos anticuerpos al virus e impidan que el virus se pegue a las células de las personas y las infecte”, explicó el titular del Laboratorio de Inmunología y Vacunas de la FCN.
El proyecto aún se encuentra en su etapa inicial y se espera que en dos o tres meses se realicen ensayos de inmunización en modelos experimentales, para evaluar la seguridad y respuesta inmunitaria de esta vacuna; hasta el momento, la iniciativa ha sido financiada con recursos de Rectoría, por lo que se espera conseguir otras fuentes externas como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, para que siga operando.
“Si bien, hay dos o tres países que están desarrollando vacunas contra el COVID-19 y que van en etapas más avanzadas, se espera que estas vacunas, de servir, salgan al mercado en uno o dos años y si lo hacen, su demanda será tan alta que no se alcanzará a producir el número de dosis para todos los demás países. Esto indica que países como México deben desarrollar sus propias vacunas, que beneficien a la población nacional y local”, aseguró el Dr. Mosqueda Gualito.
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Las vacunas, dijo, son uno de los métodos de prevención de las enfermedades más eficaces que existen. Sin embargo, explicó, que el desarrollo de éstas es un proceso largo y costoso que puede abarcar hasta diez años. Implica una etapa preclínica y una etapa clínica y se deben tomar en cuenta factores muy importantes como la seguridad de la vacuna, la eficacia, su fácil producción, almacenamiento, costo y el número de dosis para alcanzar la protección de la población.
“Esperamos que en las próximas etapas se incorporen más grupos de investigación, de la UAQ, por ejemplo de la Facultad de Química y Medicina, así como de otras instituciones y que podamos trabajar en conjunto con la Secretaría de Salud del Estado de Querétaro para que este proyecto sea factible y que logre en un mediano plazo culminar con una vacuna que proteja a la sociedad contra el COVID-19”, enfatizó el Dr. Mosqueda Gualito.
La Organización Mundial de la Salud declaró a la COVID-19 como pandemia el 11 de marzo de 2020. Según informes recientes, la mayoría de los pacientes con COVID-19 tienen un período de incubación de 3 a 7 días. La fiebre, la tos y la fatiga son los signos clínicos más comunes, mientras que la congestión nasal, secreción y diarrea solo se observan en una pequeña parte de los pacientes. Los casos graves pueden progresar rápidamente a un síndrome de dificultad respiratoria aguda, choque séptico y acidosis metabólica difícil de abordar y hemorragia y disfunción de la coagulación. En la actualidad, la tasa de mortalidad de COVID-19 en todo el mundo es aproximadamente 2.4% y que es causada por falla multiorgánica especialmente en personas mayores y personas con afecciones subyacentes como hipertensión, enfermedad cardiovascular y diabetes. No hay actualmente medicamentos antivirales específicos o vacunas.
“Necesitamos generar mucha inmunidad, pero contra una parte muy pequeña del virus para que esta inmunidad logre proteger a las personas de la invasión del virus”, resaltó el universitario.