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Gilberto Muñoz Mosqueda

Por Andrés González - 13/05/2019

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

El baño de sangre en el estado de Guanajuato sigue creciendo de manera imparable

 Gilberto Muñoz Mosqueda

El baño de sangre en el estado de Guanajuato sigue creciendo de manera imparable.

A los Muñoz Mosqueda – Gilberto, Carlos – los conocí cuando trabajaba en la ciudad de Salamanca para un medio local de comunicación.

Gilberto, de trabajador de la paraestatal Fertimex, tuvo un despegue personal cuando tomó, en esa planta, la dirigencia sindical.

Su liderazgo inició cuando la empresa se llamaba MONTROSE y de ahí pasar a la empresa Ferba, Unidad Bajío.

Corría el año de 1963.

Gilberto ya había hecho sus “pininos” sindicales en la Sección 9 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Química, Petroquímica, Carboquímica, Similares y Conexos de la República Mexicana. Al integrarse a Ferba – Guanos y Fertilizantes, Unidad Bajío – formó la sección 12 de la que se le considera su fundador. Corría el mes de agosto de ese 63.

Y ahí ocupó el cargo de secretario general por dos períodos consecutivo.

Empezó, entonces, su ascenso como líder nacional de la petroquímica. En el año 1972, ocupaba el cargo sindical su hermano menor, Carlos Muñoz Mosqueda.

Gilberto “Tenía una memoria impresionante” me dijo uno de sus amigos que lo conocieron desde muy joven.

El padre de ambos, don Carlos Muñoz, era originario de San Juan del Río y llegó a Salamanca contratado para el rancho de los Mosqueda, en donde era capataz.

Por esos años, la familia Muñoz Mosqueda vivía en la colonia Guanajuato.

En los años setentas, en Salamanca había sí, muchos sindicatos, por la cantidad de empresas ahí ya establecidas, pero eran dos los hombres fuertes del sindicalismo salmantino: Ramón López Díaz, secretario general de la sección 24 del sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana – su grupo se hizo llamar Grupo Unificador Mayoritario, GUM – y Gilberto Muñoz Mosqueda, de la Petroquímica nacional.

Este sábado, cuando iban a ser las dos de la tarde, un grupo armado le disparó a Gilberto que viajaba en su camioneta blindada, desde otra unidad que le había dado alcance. Los sicarios utilizaron armas largas, al parecer tipo AR-15, que penetraron el blindaje de la camioneta donde viajaba Gilberto.

Los hechos se dieron en la Colonia San José.

La noticia – por las redes sociales – corrió como pólvora encendida por la ciudad de Salamanca. Hoy, el artero crimen se lo adjudica por el CJNG.

Después de esa hora – las dos de la tarde – se dio en esa ciudad una intensa movilización policiaca, con unidades de la Marina, la policía estatal, la municipal. Fueron también detectadas otras unidades no oficiales.

Los Muñoz Mosqueda, desde que se iniciaron en las actividades sindicales, fueron cetemistas y priistas.

Tanto Gilberto como su hermano Carlos, ocuparon la alcaldía de Salamanca, así como su primo Antonio Arredondo Muñoz.

Gilberto Muñoz Mosqueda creció a la sombra de don Fidel Velázquez hasta convertirse en uno de los dirigentes sindicales más poderosos del país.

Este sábado fue acribillado por sicarios. Contaba con 84 años de edad.

Tanto el CEN del PRI como su central obrera, la CTM, publicaron enérgicas protestas para exigir el rápido esclarecimiento del crimen, solicitando al presidente Andrés Manuel López Obrador su personal apoyo para el esclarecimiento de estos hechos.

La Fiscalía General dio instrucciones a la Unidad Especializada en Homicidios de la Fiscalía de Delitos de Alto Impacto para la investigación.

Este asesinato, por la importancia del líder sindical, hace tomar una nueva dimensión a la galopante inseguridad que resiente el país.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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