A ‘bullear’. Denise Dresser
Enrique Peña Nieto se siente asediado, acorralado, injustamente criticado. La sociedad civil lo bullea. Lo señala. Le exige. Y en lugar de reconocer los errores […]
Enrique Peña Nieto se siente asediado, acorralado, injustamente criticado. La sociedad civil lo bullea. Lo señala. Le exige. Y en lugar de reconocer los errores y comprometerse a corregirlos, culpa a las víctimas del mal desempeño gubernamental. Esos ciudadanos tan quejumbrosos, tan malagradecidos que deberían aplaudir y vitorear su sexenio. Pero para el Presidente acosado va un recordatorio: él es empleado de quienes -vía los impuestos- pagan su sueldo y tienen derecho a resaltar lo que no funciona, lo que no sirve, las decisiones y omisiones que han llevado a que sólo cuente con 7 por ciento de aprobación.