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Estados Unidos e Israel abandonan la Unesco

Por Staff Códice Informativo - 12/10/2017

Estados Unidos da la espalda al multilateralismo al salir de Unesco e Israel le sigue.

 Estados Unidos e Israel abandonan la Unesco

Foto: EFE/Christophe Petit Tesson

Texto: Enrique Rubio / EFE

 

La decisión de Estados Unidos de retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para a Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), al entender que necesita reformarse y que está dominada por una supuesta tendencia antiisraelí, supone un duro golpe para el multilateralismo y para una organización en serias dificultades económicas.

Escasas horas después, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, decidió que su país siguiera el mismo camino y calificó la decisión de Washington de «valiente y moral, porque la Unesco se ha convertido en el teatro del absurdo y porque, en lugar de preservar la historia, la distorsiona», según un comunicado, que señala que el ministerio de Exteriores comenzará los preparativos para esa salida.

La directora general del organismo, Irina Bokova, lamentó profundamente la decisión de Washington, que le fue notificada por el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson. «En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que Estados Unidos se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos», dijo.

Desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, su portavoz, Heather Nauert, señaló que «esta decisión no se tomó a la ligera y refleja las preocupaciones de Estados Unidos con los crecientes atrasos en los pagos en la Unesco, la necesidad de una reforma fundamental en la organización y la continua tendencia anti-Israel».

Pese a retirarse como miembro, el Gobierno estadounidense expresó su deseo de establecer una misión permanente como país observador ante ese organismo de Naciones Unidas. Washington también indicó su deseo de seguir colaborando en cuestiones como la protección del patrimonio mundial, la libertad de prensa, la colaboración científica y la educación. La retirada entrará en vigor el 31 de diciembre de 2018, en cumplimiento de los estatutos del organismo.

La decisión del presidente Donald Trump no supone una gran ruptura respecto a la línea tradicional de Estados Unidos, plagada de desencuentros con la Unesco; este país ya abandonó la institución en 1984, bajo la presidencia de Ronald Reagan, por inconformidad con su ‘politización’ (en el contexto de la Guerra Fría), su presunta mala gestión y un programa de «apoyo a los medios de comunicación del Sur frente al dominio occidental». No fue hasta octubre de 2003, con George W. Bush como presidente, cuando Estados Unidos regresó al seno de la organización, donde pasó a financiar el 22 por ciento del presupuesto.

Ocho años más tarde, como consecuencia de la entrada de Palestina como Estado en la organización, Washington congeló su contribución económica, lo que la puso en aprietos financieros. Su retirada se produce en un momento transcendental para el organismo, cuyo Consejo Ejecutivo debe elegir, entre el jueves 12 y el viernes 13 de octubre, a la persona que reemplazará como nuevo director general a la búlgara Irina Bokova, quien lleva ocho años al frente.

Hasta este jueves se han celebrado tres rondas de votaciones, y la candidata francesa, Audrey Azoulay, y el candidato catarí, Hamad bin Abdulaziz Al Kawari, se han destacado en cabeza, con la egipcia Moushira Khattab como tercera en discordia.

La comunidad internacional reaccionó con desazón a la noticia, a excepción de Israel, que consideró que la decisión es un punto de inflexión, ya que, a su entender, «las absurdas y vergonzosas resoluciones de la organización contra Israel tienen consecuencias».

El secretario general de la ONU, António Guterres, también lamentó profundamente la retirada, «a la luz del gran papel que ha tenido en la Unesco desde su fundación», dijo a la agencia EFE uno de sus portavoces.

Esa misma posición mostró Francia, país que acoge la sede del organismo, que deploró que el abandono se produzca en un momento primordial. A juicio de París, la decisión otorga un nuevo significado a la candidatura francesa de la exministra de Cultura Azoulay, porque «la Unesco necesita más que nunca un proyecto en el que todos los Estados miembros puedan sentirse acogidos».

Mientras, Rusia calificó de noticia triste la decisión, según dijo un portavoz del Kremlin. El presidente del comité de Asuntos Internacionales de la Duma o Cámara baja del Parlamento ruso, Leonid Slutski, señaló que los motivos esgrimidos por Washington para retirarse de la Unesco son ‘extraños’.


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