El queretano que derrotó a la pobreza en Estados Unidos
En tiempos de Donald Trump y su discurso antimigrante, miles de mexicanos con historias de trabajo y superación, como el empresario agrícola Braulio Monrroy, reconsideran su futuro en el país vecino
Braulio Monrroy inició su vida en Estados Unidos como millones de migrantes: a los 15 años abandonó su comunidad en el municipio de Jalpan de Serra, Querétaro, para buscar trabajo en la Unión Americana. Cruzó sin papeles, llegó a Florida y empezó a trabajar en el campo. Solo había terminado la primaria, no sabía hablar inglés y su única meta era conseguir dólares para vivir mejor y no ser deportado.
«Estaba muy chiquillo en el 85, y me tocó la oportunidad de arreglar papeles en la amnistía, por ahí del 87. Yo llegué a trabajar en la pisca de tomate, ganando poquito, la hora la pagaban en ese tiempo en 3.35 dólares. Soy de rancho y me gusta la agricultura» admitió en una charla telefónica.
En 1991 decidió mudarse al norte para trabajar en la pisca de manzana y en 1995, una década después de tocar suelo estadounidense por primera vez, se inició como contratista. Han pasado ya más de 32 años desde aquella vez que Braulio cruzó la frontera como indocumentado, hoy radica en Michigan y aún vive del campo, solo que ahora lo hace como empresario; es el propietario de una compañía que se dedica a la producción de semillas híbridas.
Con cinco años de existencia, su firma da empleo a unas 50 personas a lo largo del año, sin embargo durante los meses de junio y julio llega a contratar a unas 300 personas, de las cuales muchas no cuentan con papeles para trabajar en la Unión Americana. A algunos los contacta en territorio queretano y se pone de acuerdo con ellos para que, cuando hayan cruzado la frontera, puedan encontrar trabajo en su empresa. Como parte de sus prestaciones laborales, les brinda un hogar, transporte y hasta asesoría legal.
«Traigo unos 40 o 50 de Huimilpan, otros de Ahuacatlán, cerca de Jalpan, pero la mayor parte son migrantes, incluso algunos de Centroamérica. Me ha tocado ser migrante y tengo la fortuna, gracias a Dios, de poder ahora ayudarlos» afirmó.
Los migrantes en la fuerza laboral de EE.UU.
Braulio es uno de los más de 19 millones de extranjeros que han conseguido la ciudadanía en Estados Unidos, según cifras del Pew Research Center, un centro de estudios que analiza políticas públicas y realiza diversas investigaciones sobre tendencias demográficas enfocadas a la población hispana, entre otros rubros. Este organismo apartidista reporta también que, de acuerdo con cifras oficiales, en Estados Unidos había un total de 11.1 millones de migrantes indocumentados en 2014, de los cuales trabajaban 8 millones, mismos que representan solo un 5 por ciento de la fuerza laboral total de ese país. Estimaciones oficiales reportan que el 92 por ciento de esos más de 11 millones tienen entre 18 y 64 años de edad, y que la mayoría son hombres.
De acuerdo con el Pew Research Center, la cifra de indocumentados con trabajo en la Unión Americana se redujo entre 2009 y 2014, principalmente en los estados de Alabama, California, Georgia, Illinois, Kansas, Nevada, Carolina del Sur y Rhode Island; mientras que en Louisiana, Minnesota, Nueva Jersey, Pennsylvania, Utah, Virginia y Washington se percibió un incremento de trabajadores en esas condiciones.
¿A qué se dedican los migrantes en EE.UU.?
Análisis realizados por Pew Research dan cuenta de que el 17 por ciento de los migrantes indocumentados que laboran lo hacen en la agricultura, 13 por ciento en la construcción, 9 por ciento en rubros de entretenimiento y hospitalidad, 7 por ciento a servicios de negocios, y 6 por ciento a manufactura.
Braulio, originario de la sierra queretana, reconoce que, como migrante, crear y mantener una empresa en Estados Unidos ha sido un reto muy complejo. Él fue parte de ese porcentaje que labora en el campo. «Francamente no tengo el estudio y el conocimiento para llegar a competir con ingenieros o agrónomos […] después estudié un poquito de inglés y eso me ayudó mucho, fue como pude abrirme espacios. Me tocó la oportunidad, suerte o destino, de que la compañía Monsanto requería que se produjeran las semillas, entonces ellos empezaron a comprarme. Y después yo ya armé todo», dijo en la entrevista.
Escenario con Trump
Luego de que Donald Trump mandara su primer mensaje como presidente de Estados Unidos, el pasado 20 de enero, Braulio manifestó que hay preocupación por parte de la comunidad migrante sobre las acciones que tomará el mandatario en sus cuatro años de gestión. En las elecciones de noviembre de 2016, Trump recibió el 18 por ciento del voto hispano, cifra que es prácticamente un récord a la baja de preferencias, según datos de Latino Decisions.
«El oír que motiven o activen el racismo es preocupante; yo sigo siendo mexicano, aunque tenga papeles y la ciudadanía de Estados Unidos, y esta zona de Michigan se caracteriza porque hay mucho racismo. Por eso me preocupa», admitió.
Braulio Monroy reconoce que sus compatriotas tienen temor por la llegada de Trump, no sólo de perder su trabajo, también de que la política antimigrante de Trump los separe de sus familias que viven en Estados Unidos, de ser deportados y regresar sin un capital a lugar donde nacieron.
«Nos pinta un escenario difícil, pero creemos que debemos quedarnos y ver qué va a pasar de aquí a unos cuantos meses. Varios sí se fueron pero muchos otros están aquí. Trump debe darse cuenta que nosotros también somos parte del motor de la economía de Estados Unidos», refirió con respecto al futuro próximo de su vida en el país vecino.
En Michigan, según la American Community Survey, se estimaba una población de más de 130 mil migrantes indocumentados en 2014, una cantidad lejana a las de los tres estados con la mayor población de inmigrantes que no tienen papeles: California, con 2 millones 350 mil; Texas, con un millón 650 mil; y Florida, con 850 mil.
En total en 2014, sumaban más de once millones de personas indocumentadas en Estados Unidos. Once millones de historias que se aferraban a la idea de un mejor porvenir, que dejaron atrás su tierra, las carencias y falta de oportunidades. ¿Cuántas se convertirán, al cabo de los años, en historias de éxito como la de Braulio Monrroy, el queretano que con estudios de primaria se abrió pasó en el campo estadounidense, construyó una empresa y ahora brinda empleo a cientos de sus paisanos?