La performance como alter ego de la fotografía
El próximo viernes 20 de enero será inaugurada la exposición ‘El PhotoPerformer: Acciones Permanentes-Imágenes Desechables’, con obra del fotógrafo italiano Manuel Vason.
¿Qué ocurre cuando la performance, la forma menos explorada de manifestación artística, converge con la fotografía, una práctica que radica en los límites de lo que sí es arte y lo que no es? Una de las posibles respuestas a este cuestionamiento se podrá apreciar en el Museo de la Ciudad el próximo viernes 20 de enero, cuando el artista y fotógrafo Manuel Vason presente la exposición ‘El PhotoPerformer: Acciones Permanentes-Imágenes Desechables’.
En entrevista para Códice Informativo, Vason, nacido en Italia y radicado en Londres desde hace ya varios años, relató que, tras dos décadas de dedicarse a la fotografía especializada en moda y arte, experimentó una aproximación distinta y reveladora al acto de fotografiar cuando se puso frente a la cámara, en vez de detrás de ella, lo cual lo llevó incluso a reconocer su propia vulnerabilidad «poner luz sobre mis problemas es un sistema para reencontrarme con la fotografía», expresó «mi relación con la fotografía siempre fue muy positiva, cuando me fui frente a la cámara fue cuando empecé a entenderme con todos mis problemas».
Actualmente cualquiera que tenga en su poder una cámara (o un smartphone) puede fungir como fotógrafo; para Vason, la intención de integrar ambas prácticas (performance y fotografía) es ayudar a una sociedad asediada por el consumo sistematizado a visualizar las problemáticas que la aquejan; «la fotografía es una actitud neoliberal; la gente piensa que hacer fotografía es una creación artística, pero si analizamos las imágenes que circulan cada día […] tienen muy poco de creativo y mucho de controlador […] son la construcción de necesidades inútiles […] es un sistema para crear una sociedad que se puede manipular muy fácilmente» dijo Vason, en parte como testimonio de su experiencia en la fotografía comercial. Afirmó que su propuesta artística no consiste en dejar de hacer fotos, sino en apretar el disparador de la cámara en consecuencia a un pensamiento introspectivo, casi autobiográfico, y que el resultado sea una imagen que perdure por su significado, ya sea otorgado por el fotógrafo o por el espectador.
Para Herani Enriquez, fotógrafo local que durante 12 años se ha dedicado al registro de artes escénicas y quien participó en el taller de foto-performance impartido por Vason en la semana previa a la exposición, el reto de fusionar fotografía y performance está en conseguir «que una situación efímera (como lo es la performance) tuviera una explosión intelectual y sensorial» a partir de una imagen, con la intención de que esta se distinga del sinsentido de la masificación fotográfica que hay en la actualidad, según explicó en la entrevista, «lo que yo encuentro en la fotografía de performance es que, a pesar de lo efímero y lo veloz, puede existir un momento que perdure, un documento histórico».
En su exposición, que se encuentra muy alejada del concepto convencional de la obra dispuesta en el muro del lugar donde se exhibe para ser contemplada, Vason presentará por primera vez los foto-totems, en los cuales utiliza materiales reciclados y fotografías, y cuya simbología está sujeta a la interpretación de cada espectador, «lo que quiero es un encuentro, un intercambio, una correspondencia entre lo que estás mirando y lo que está pasando en tu cabeza».
Durante la inauguración de la exposición, que permanecerá abierta al público hasta el 20 de febrero, Vason y los artistas locales que participaron en el taller previamente mencionado podrían (no está formalmente programado) presentar una performance. «Al asistir a la exhibición se van a dar cuenta de cómo es que el manejo del PhotoPerformer reconstruye la idea de la fotografía, pero pasa primero por una destrucción de la misma, creo que ese es el punto más importante del discurso de Manuel», finalizó Enríquez.