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Phelps: Conoció las gloria y el infierno…Busca resurgir en Río 2016

Por Staff Códice Informativo - 25/07/2016

Después de un tratamiento de rehabilitación de año y medio, el máximo ganador de medallas olímpicas ya no se obsesiona con el récord total de preseas; aunque luchará por el oro en Río de Janeiro, su travesía más importante, ahora es personal

 Phelps: Conoció las gloria y el infierno…Busca resurgir en Río 2016

Sus 22 medallas olímpicas (18 de oro, dos de plata y dos de bronce) cosechadas en las ediciones de Atenas, Beijing y Londres, además de imponer el récord de más preseas ganadas por cualquier atleta, han convertido a Michael Phelps, en el atleta más condecorado en la historia olímpica, sin embargo, su camino ha sido traicionero y tan solitario como la inmersión de un buzo en aguas profundas.

Los años en los que debió desarrollar su personalidad estuvieron dedicados a desarrollar su talento para nadar.

Phelps anunció su retiro en 2012, sin embargo, en abril de 2014 dio marcha atrás y confirmó su regreso a la competencia profesional a los 28 años de edad. En ese lapso de tiempo de su adiós hasta su decisión de regresar, el originario de Baltimore, Maryland, se la pasó en terapia en el centro de rehabilitación Meadows y también en el agua, que empezó siendo su santuario, después de convirtió en una vitrina y ahora es su mejor plataforma. Su mensaje: La vulnerabilidad es una fortaleza.

Parecía un camino bien elegido cuando ganó ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008. Los años que siguieron trajeron más gloria olímpica pero también arrestos por posesión de marihuana y varias relaciones fallidas. A finales del 2014 parecía claro que el camino que Phelps había elegido, conducía al fracaso.

“No tenía ni idea de qué hacer con el resto de su vida”, dijo Bob Bowman, entrenador del hombre récord. “Me hizo sentir fatal. Recuerdo que un día le dije: ‘Michael, tienes todo el dinero que cualquier persona de tu edad pueda querer o necesitar; tienes una profunda influencia en el mundo exterior; tienes tiempo libre – y a pesar de eso eres la persona más infeliz que conozco. ¿Qué pasa?’”.

Phelps empezó a escribir si historia en las piscinas a los 7 años de edad, cuando Michael superó con éxito un problema de hiperactividad, pues la natación fue el medio ideal para liberar toda esa energía y canalizarla en modo positivo.

Aunque sus maestros y su madre tardaron un poco en detectar en qué disciplina podía desarrollarse mejor, pronto descubrieron que, literal, se movía como pez en el agua. “No luchaba contra el agua, sino que me sentía parte de ella”, cuenta Phelps.

“A los nueve años, nadaba 75 minutos al día cuatro veces a la semana; a los 10, 90 minutos cinco días a la semana. Pero fue a partir de los 11 cuando empecé a entrenarme todos los días, alrededor de dos horas y media”, recordó.

A la edad de 15 años, Phelps se convirtió en el nadador estadunidense más joven en competir en Juegos Olímpicos en 68 años. Aunque no ganó medalla en la edición de Sidney 2000, se convertiría pronto en el mejor nadador de la historia.

En la primavera de 2001, Phelps impuso récord en los 200 metros estilo mariposa, convirtiéndose en el más joven (15 años y nueve meses) de la historia en lograrlo. Rompió su propia marca en los Campeonatos Mundiales de Fukuoka, Japón, con un tiempo de 1m54.58s, que representó su primera medalla. Phelps continuó imponiendo marcas y conquistando metas como pocos atletas.

Poco antes de graduarse de Towson en 2003, a los 17 años de edad, Phelps impuso cinco récords mundiales y se convirtió en una estrella en los Olímpicos de Atenas en 2004, donde ganó ocho medallas (seis de oro).

Su estela de triunfos se expandió hasta los Campeonatos Panpacíficos de 2006 y los Campeonatos Mundiales de 2007 en Melbourne, Australia. En los Olímpicos de 2008 ganó ocho medallas de oro y rompió la marca de Mark Spitz de 1972, quien había ganado siete medallas de oro.

En 2012, incrementó su cosecha de medallas olímpicas a 22, también un récord absoluto. En Londres ganó cuatro oros, dos platas. ¿Qué significa eso? Simplemente que es el atleta más dominante en su deporte, el equivalente a Usain Bolt en la pista, a Serena Willams en el tenis, a Muhamed Alí en el boxeo, a Michael Jordan en el basquetbol o a Pelé en el futbol.

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Pero esta vez, el viaje a sus quintos Juegos Olímpicos es más personal. Dijo también que quería retirarse de la natación sin remordimientos tras su mal entrenamiento y peor comportamiento antes y después de la experiencia olímpica de 2012. “Esta vez se trata de dar lo mejor que puedo”, dijo. “No quiero vivir el resto de mi vida con arrepentimientos”.

El camino a Río de Janeiro empezó con una estancia de seis semanas en el centro de tratamiento que está a una hora de donde estuvo entrenando el último año bajo la batuta de Bowman, quien fue nombrado entrenador de natación de la Universidad de Arizona en 2015. Bowman no quería que Phelps entrara a Meadows después de su segundo arresto por posesión de drogas, ocurrido en septiembre de 2014 (el primero fue cuando tenía 19 años). “Yo pensé que iría a algún lugar en Malibú a sentarse en la playa durante seis semanas y regresar igual que se había ido”.

Después, lo vio interactuar con sus compañeros pacientes en la cuarta semana de estancia y descubrió al joven cariñoso y amable que recordaba antes de que se convirtiera en una máquina de alto rendimiento.

El entrenador Bowman se emocionó cuando dijo: “Nunca pensé que pudiera cambiar”, y añadió: “Ha escondido todo lo que lo hace humano durante 12 años. La rehabilitación lo hizo abrirse”.

El punto más bajo de Phelps llegó hace dos años; tras una noche de tragos y jugar póker, Phelps llamó a su novia, Nicole Johnson. Después de una separación de dos años, se habían reconciliado recientemente gracias a una llamada de Phelps en la que dejó al descubierto su alma.

Eran más de la una de la mañana en la costa este y Johnson, que estaba en la costa oeste, le preguntó a Phelps si estaba seguro de estar en condiciones de manejar hasta casa. Había pasado el principio del fin de semana con ella en California en una boda y había regresado a Baltimore menos de 24 horas antes.

Ella dijo que estaba preocupada por la fatiga tras un fin de semana frenético que, combinado con su largo viaje, podían agravar los efectos del alcohol en su sistema.

Unos minutos después, recibió un mensaje de texto de Phelps, quien estaba detenido en un semáforo. “Hay una patrulla detrás de mí”, dijo. Pasó una hora hasta su siguiente comunicación, desde la cárcel.

Su Range Rover había sido captada por la policía circulando a 84 millas por hora en una zona de 45, zigzagueando. De acuerdo con un reporte en el Baltimore Sun, no pasó dos pruebas de sobriedad y una prueba de alcoholemia marcó su nivel de alcohol en la sangre en 0.14, 0.06 puntos más que el límite permitido.

Las siguientes 72 horas, Phelps se encerró en su casa y se negó a ver o hablar con nadie. En un momento le mandó un mensaje de texto a su agente, Peter Carlisle, quien dijo que le escribió: “Ya no quiero estar vivo”.

Tomó el consejo de su círculo más cercano y se fue a Meadows. “Tenía mucho miedo al entrar”, dijo Phelps. “No estaba listo para ser vulnerable. Después de un par de días me dije a mí mismo: la pared se derrumbó. Entremos ahí y veamos qué está pasando”.

En su segunda semana de rehabilitación el círculo de hombres al que él pertenecía le otorgó el bastón saguaro, un símbolo de poder que circula cada semana entre los pacientes a los que se les atribuyen cualidades de liderazgo.

Phelps dijo que estaba más orgulloso de eso que de cualquiera de sus medallas olímpicas.

Empezó a leer algunos libros y a veces incluso leía en voz alta en sus sesiones de grupo, y ello se ha convertido en un hábito. Un día, casualmente le dijo a su entrenador que estaba leyendo “El hombre en busca de sentido”, de Víktor E. Frankl, un sobreviviente del holocausto que se convirtió en psiquiatra. Bowman se sorprendió pues dijo que sólo había visto a Phelps leer revistas. Mientras las eliminatorias para los Juegos Olímpicos se acercaban, el nadador de Baltimore pidió “El poder de la mente subconsciente”, de Joseph Murphy, y “Vivir la vida con sentido”, de Rick Warren.

En su segunda semana de tratamiento, Phelps descubrió un segundo aire. Un día durante la comida era el parlanchín energético de siempre. Después de hacer ejercicio durante un par de horas para liberar su energía, se vio a sí mismo: “Tenía miedo de mostrar quién era”, dijo, “así que me inventé todos esos personajes”.

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Phelps dijo: “Dios mío, ¿pensarán todas estas personas que soy insoportable? ¿No quieren estar alrededor de mí? Después pensé: ¿Qué me importa? ¿Si hablo demasiado, si me río demasiado fuerte o si soy hiperactivo a veces o soy un verdadero dolor de cabeza, qué es lo que verdaderamente importa? “Entonces descubrí que no valía la pena tratar de ser alguien que no soy. Esto es lo que soy.

“No puedes poner un límite a todo. Entre más sueñes, más lejos llegas”. Michael Phelps ha tenido una espectacular carrera. A sus 31 años de edad, el atleta nacido en Baltimore, Maryland, puede presumir varios logros.

Actualmente, Phelps se prepara para competir en los Olímpicos de Río, donde intentará aumentar su notable cosecha para seguir en lo más alto del Olimpo.

El atleta más laureado en la historia de los Juegos Olímpicos vuelve por quinta ocasión al escenario que lo ha llenado de gloria. El nadador estadunidense tiene una colección de 18 medallas olímpicas de oro, dos de plata, dos de bronce y en su horizonte se ven algunas más.

A sus 31 años de edad, Phelps demostró en las recientes pruebas clasificatorias a Río de Janeiro que todavía tiene la potencia y velocidad para aspirar a podios en las pruebas de 100 metros libres, 200 m libres y relevos 4 x 100. Al equipo de natación de los Estados Unidos hay que sumarle la presencia de Ryan Lochte para considerar a esta delegación acuática masculina como una de las más fuertes que se presentarán en Río.

Cuando su entrenador Bowman le preguntó ¿Quién eres?, luego de estar en la cúspide deportiva y ver como se iba hasta el fondo del agua, Phelps, de 31 años, ahora quiere responde esa pregunta a todo el mundo, en sus quintos Juegos Olímpicos.

Sólo se sabe que es un atleta que llegó para dominar este elemento como si hubiera nacido dentro del agua.

 

SUS MEDALLAS OLÍMPICAS

Atenas 2004

Oro      100 m. Mariposa        51.25 (RO)

Oro      200 m. Mariposa        1:54.04. (RO)

Oro      200 m. Estilos            1:57.14. (RO)

Oro      400 m. Estilos            4:08.26. (RM)

Oro      4×200 m. Libre          7:07.33. (RN)

Oro      4×100 m. Estilos        3:30.68. (RM)

Bronce 200 m. Libre              1:45.32. (RN)

Bronce 4×100 m. Libre          3:14.62

 

BEIJING 2008

Oro      200 m libre                 1:42,96 (RM)

Oro      100 m mariposa         50,58 (RO)

Oro      200 m mariposa         1:52,03 (RM)

Oro      200 m cuatro estilos  1:54,23 (RM)

Oro      400 m cuatro estilos  4:03,84 (RM)

Oro      4×100 m libre             3:08,24 (RM)

Oro      4×200 m libre             6:58,56 (RM)

Oro      4×100 m cuatro estilos 3:29,34 (RM)

 

LONDRES 2012

Oro      200 estilos      1:54.27.

Oro      100 mariposa  51.21

Oro      4×200 libre     6:59.70

Oro      4×100 estilos  3:29.35

Plata    200 mariposa  1.53.01

Plata    4×100 libre     3:10.38


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