×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




María Espinoza va por otra medalla olímpica a Río

Por Staff Códice Informativo - 15/07/2016

    El deporte mexicanos sigue teniendo muchos espacios libres en la categoría de auténticas figuras de leyenda, sin embargo, uno de esos spots está […]

 María Espinoza va por otra medalla olímpica a Río

 

 

El deporte mexicanos sigue teniendo muchos espacios libres en la categoría de auténticas figuras de leyenda, sin embargo, uno de esos spots está ya asignado para la única mujer mexicana que ha ganado todas las competencias internacionales en las que ha competido.

La sinaloense María del Rosario Espinoza nacida en La Brecha, Sinaloa hace 28 años, es la consolidación de los sueños de éxito de los jóvenes mexicanos, la personificación del famoso sí se puede, y la única mujer nacida en nuestro país que ha obtenido todos los blasones a los que se puede aspirar en el mundo del deporte… Campeona Centroamericana, Campeona Panamericana, Campeona Mundial y Campeona Olímpica… Es además, la única representante mexicana en subir dos veces al pódium olímpico en prueba individuales…

Inquieta desde pequeña, María gustaba de participar en todo lo que podía y que se le hiciera divertido, desde correr, hasta finalmente, competir y combatir…

“Bueno yo desde muy pequeña fui una niña que le gustaba mucho jugar de todo con mis primos, de donde yo soy, de la Brecha cuando yo tenia 5 anos lo único que se practicaba de forma bien era el tae kwon do porque había un profesor que impartía clases ahí y era como el deporte popular para nosotros los niños y jóvenes de todo poblado”.

Desde muy pequeña María descubrió lo que era sentir la adrenalina fluyendo por sus venas, tuvo que elegir en su momento por cual de los deportes que más le gustaban tenía que inclinarse… Y no le costo trabajo decidirse… El tae kwon do le daba lo que ninguna otra disciplina, era la formación y la disciplina, pero también el combate…

“Cuando tenia mas o menos la edad de 13 años también lo combiné con atletismo, tae kwon do-atletismo, hacía mucho los dos deportes y me encantaban los dos, cuando tenía 15 años yo ya estaba compitiendo en regionales y todos los procesos para una olimpiada nacional pero ya me tenia que decidir por uno, yo dije el tae kwon do me genera mas adrenalina, me emociona más cuando estoy haciendo combate y por eso ya me incliné hacía él…”

A pesar de que siendo una jovencita ya el tae kwon do despuntaba en México, con la inclusión de esta disciplina como deporte oficial en los Juegos Olímpicos de Sydney hubo una explosión, explosión que sin embargo no llegó a las fibras intimas de la deportista sinaloense, quien se mantuvo a su propio ritmo, siguiendo lo que su instinto le indicaba, hasta que las medallas obtenidas por los hermanos Oscar e Iridia Salazar en Atenas 2004, cambiaron el destino. Ya había a quien seguir, un ejemplo, un deseo, comenzaba el sueño…

“No había como un punto donde yo decía “yo quiero llegar a ser campeona olímpica, yo quiero llegar a ser campeona del mundo”. Yo vi muy pequeña los Juegos Olímpicos de Sydney, entonces el deporte que yo hacía también estaba ganando una medalla con Víctor Estrada. Yo empecé con la selección juvenil y en ese tiempo estaba el proceso para Juegos Olímpicos que fue en el 2004, donde estaban Iridia y Oscar Salazar y fue ahí donde a mi me nació, pero nunca me imaginaba que yo iba a estar en el 2008”.

En el proceso de maduración, María pasó de ser una simple competidora a una triunfadora y dominadora. La durísima competencia interna en México la convirtió en una aspirante a todo. El 2007 marcaría su vida para siempre. El campeonato mundial de tae kwon do, celebrado en mayo de ese año en Pekin fue el punto de despegue de su deslumbrante carrera. A sus escasos 19 años se convertiría en la primera mujer mexicana en ganar el campeonato mundial, superando de un solo golpe la brillantísima historia de Iridia Salazar quien había ganado tres medallas de plata de campeonato del mundo, pero nunca la de oro.

Luego el título panamericano y la condición de súper favorita para los Juegos Olímpicos del 2008…

 “Yo venia de una racha de competencias importantes, en las cuales me había ido bien, cuando yo gané el pase para Juegos Olímpicos del 2008 a nivel mundial, pues para mi fue un gran orgullo ganarlo principalmente pero sabía que también lo tenía que  luchar aquí en México. Nosotros tenemos muchísima competencia, entonces sabía que no iba a ser fácil, pero sí sabía cual era mi objetivo y para eso me preparé y así fue como yo llegué en el 2008 a mis primeros Juegos Olímpicos”.

Pero a unos Juegos Olímpicos, la frontera más lejana en la ruta de un deportista, no se puede llegar simplemente con buenas intenciones, María del Rosario Espinoza llegó a Beijing 2008 con un sueño, con una misión de vida, pero enfrentando a sus propios miedos, a sus dudas, pero no falla quien no lo intenta y no triunfa quien no se atreve.

“Yo a esos Juegos Olímpicos iba con esa mentalidad, de que yo podía ganar, que yo iba completamente segura para lo que yo me había preparado. Yo decía lo más importante es tirar la primera patada porque no quiero paralizarme y no saber que mis piernas no me van a reaccionar. Ese era el miedo que yo tenía, sabía también que la preparación tanto física como mental me daba seguridad de hacer la cosas que yo pensaba hacer en ese momento y para mi fue de gran orgullo el haber ganado la medalla de oro, pero si como bien lo dices, era muy joven, la vida te cambia muchísimo y era como asimilar y enfrentar lo que era ser campeona olímpica, me sentí muy orgullosa principalmente de ser mexicana, de ser mujer y de haber conseguido esa medalla de oro para todos los mexicanos, y sobre todo porque sentía que si uno se propone algo pues puedes cumplirlo”.

Pero casi todas las historias de éxito en la vida tienen sus puntos de oscuridad, esos momentos en que cambian tan radicalmente las cosas que pareciera que la vida misma dejara de fluir. María tuvo que enfrentar sus propias horas bajas. Ser campeona olímpica conlleva grandes responsabilidades, pero no haber clasificado a los Juegos Panamericanos de Guadalajara en el 2011, un año antes de los Juegos Olímpicos de Londres fue mas que nada un golpe bajo de la vida.

“Lo vi como un aprendizaje, para mi lo mas difícil fue el no haber calificado a los Juegos Panamericanos que se llevaron aquí en México, para mi fue un golpe duro, fue complicado, hay esa frustración de que uno trabaja para un objetivo y ese objetivo no se da pero ahí es donde aprendes, fui asimilando también lo que fueron las derrotas después de ser campeona olímpica que también eso es difícil, había que también levantarse de todas esas derrotas para seguir con el camino”.

El 2011 se fue para no volver. María lo sabía, la llama interna que alimenta a una de las mejores deportistas mexicanas de la historia seguía encendida. Una nueva oportunidad, a sólo un año de distancia levantar la mirada y posarla allá, en el oriente, atravesar el gran océano para seguir soñando. Un lugar en Londres 2012.

“Yo creo que es la magia del deporte que te da segundas, terceras, cuartas, muchas oportunidades y también hay que aprovecharlas. No fue un proceso nada fácil, se consiguió el pase para México en el 2011 en Querétaro pero había también una guerra interna, un proceso interno que había que ganarlo, el proceso se hizo diferente para Beijing, fue una evaluación fue un proceso largo de diferentes competencias y en cada competencia había el nervio de estar de fuera de Juegos Olímpicos y en mi categoría se decidió hasta la ultima competencia”.

Y a pesar de tener la etiqueta de campeona olímpica, las cosas no siempre salen como se espera. La taekwondoina sinaloense lo ha aprendido en su prodigiosa carrera, pero una medalla olímpica es una medalla olímpica, a veces el color es lo que menos importa, estar ahí, una vez más, es algo que solo María ha podido lograr representando a las deportistas de nuestro país. Una segunda medalla, para la historia.

“Claro que pesa, porque eres la campeona olímpica y es como “queremos mas resultados” para los siguientes Juegos Olímpicos, pero yo no lo veía así, cada competencia es diferente, si fuéramos como superhéroes pudiéramos hacer cosas maravillosas pero somos humanos y creo que también tenemos errores, aprendemos y cada competencia no solamente estamos compitiendo solitos, hay también 15 personas, 16 personas, 40 personas que quieren lo mismo que tu y yo me decía, que no importaba lo que yo hice anteriormente, simplemente yo tenía ese sueño de tener mi segunda medalla olímpica”.

Los sueños se cumplen… ¿Quién diría que aquella niñita nacida en La Brecha dejaría una huella tan profunda en la historia deportiva mexicana?… Nadie lo hubiera dado por seguro. María del Rosario es la personificación de la tenacidad. Del doblarse pero no quebrarse. Acariciar el sueño. Alcanzar la meta.

 “Los sueños se cumplen, pero también hay que luchar por esos sueños, primero que nada, como yo te lo dije, cuando yo estaba pequeña no sabía que yo iba a llegar ahí, el camino se me fue abriendo para sonar, para luchar por ese sueño, que cada niño que cada joven, que vea cual es su sueño, que luche por ese sueño y que luche hasta lo imposible por tratar de conseguirlo.  Para mí como deportista una de las cosas que más me ha gustado, que mas he sentido orgullo es darle una medalla olímpica a mi país”.

María del Rosario es parte de la generación del cambio, de esos jóvenes cuyo empuje han dejado atrás décadas de frustración en el deporte mexicano. Campeones Panamericanos, Campeones Mundiales, Campeones Olímpicos, multi-medallistas olímpicos.

 “Yo creo que si hay un cambio en todos los deportistas mexicanos, en el 2000 que yo vi a Víctor ganar su medalla de bronce, ahí te das cuenta que todo se puede lograr, yo creo que eso nos ha ensenado y nos ha demostrado que como mexicanos podemos lograr muchísimas cosas”.

Pero la historia continúa, luego de conseguir en un playoff el boleto a sus terceros Juegos Olímpicos, Río 2016 está cerca del corazón de la única deportista mexicana que ha ganado todas las competencias internacionales a las que aspira un atleta de alto rendimiento… El éxito de María del Rosario Espinoza no es aún una nueva medalla olímpica, es el haber conquistado la oportunidad de volver a competir en el máximo nivel internacional…

“Río de Janeiro no lo veo lejos, lo veo siempre cerca de mi, siempre así lo vi, como muy cerca que siempre íbamos caminando Río de Janeiro y yo. Me siento muy contenta, muy orgullosa por estas dos medallas que le he dado a mi país, lo veo como un sueño hecho realidad de estar en mis terceros Juegos Olímpicos y también como una motivación y lo vivo y lo disfruto de una manera como si fueron mis primeros y como si fueran mis últimos”.


Otras notas



De nuestra red editorial