Astillero. Peña, feliz y satisfecho. Julio Hernández López
Enrique Peña Nieto se regaló este sábado lindos momentos de esparcimiento y solaz. Durante casi un par de horas, la realidad nacional fue sometida a […]
Enrique Peña Nieto se regaló este sábado lindos momentos de esparcimiento y solaz. Durante casi un par de horas, la realidad nacional fue sometida a una increíble e infundada transformación gráfica y retórica, en la que abundaron los “logros”, las “reformas” estratégicas profundas y los “avances” estructurales que mucho se deben cuidar. Feliz de la vida el orgullo de Atlacomulco, radiantes los secretarios de Estado (el que menos lo estaba, tirándole a sombrío, era Miguel Ángel Osorio Chong, abatido aún por el estigma de la desaparición del Señor de los Túneles)…