Astillero/Julio Hernández López/La Jornada
Muy poco duró el barniz de limpieza y legalidad sobre el rostro del dinosaurio-mapache. No terminaban los voceros del PRI de ensayar poses de solemnidad […]
Muy poco duró el barniz de limpieza y legalidad sobre el rostro del dinosaurio-mapache. No terminaban los voceros del PRI de ensayar poses de solemnidad para sostener que su candidato presidencial era la encarnación de la democracia impoluta cuando ya se multiplicaban las grotescas pruebas de la descomunal compra de votos que se realizó para favorecer a Enrique Peña Nieto.