Astillero/Julio Hernández López/La Jornada
El conjunto de intereses que en 2006 cerró el paso a la opción reformista representada por López Obrador ha vuelto a montar un aparato de […]
El conjunto de intereses que en 2006 cerró el paso a la opción reformista representada por López Obrador ha vuelto a montar un aparato de defraudación electoral. No es solamente el burdo operativo nacional de compra de voto, al más clásico estilo del peor priísmo, ni las brigadas gordillistas de mapachería de las que ha dado actualizado reporte Karina Avilés en La Jornada a propósito del plan de acción delictiva denominado Ágora.